Latakia, 25 oct (SANA) Latakia, conocida en la antigüedad como Laodicea ad Mare, es una de las ciudades más antiguas y fascinantes de Siria.
Fundada en el siglo IV a. C. por Seleuco I Nicátor, uno de los generales de Alejandro Magno, recibió su nombre en honor a Laodice, la madre del fundador. Desde entonces, Latakia se convirtió en un importante puerto del Mediterráneo oriental, punto clave en las rutas comerciales entre Oriente y Occidente.
Durante el período helenístico, la ciudad prosperó gracias al comercio marítimo y a su posición estratégica. Más tarde, bajo el Imperio Romano, Laodicea fue embellecida con templos, teatros y acueductos, muchos de los cuales aún dejan huella en sus ruinas arqueológicas.
En la época bizantina, continuó siendo un centro económico y religioso de relevancia, antes de caer bajo el control árabe en el siglo VII.
A lo largo de la Edad Media, Latakia fue disputada por cruzados, mamelucos y otomanos, lo que le dio una mezcla cultural única. Su puerto, reconstruido varias veces, ha sido siempre el corazón de la ciudad y símbolo de su vitalidad.
En la actualidad, Latakia es considerada la capital veraniega de Siria, gracias a sus playas mediterráneas y su clima templado. Lugares como la playa de Afamia, el Monte Kasios (Jebel Aqra) y las ruinas de Ugarit, donde se descubrió el primer alfabeto conocido, atraen a visitantes de todo el mundo.
La ciudad combina historia y modernidad: antiguos restos griegos y romanos conviven con cafés, hoteles y bulevares frente al mar. Su hospitalidad, gastronomía y paisajes costeros la convierten en un destino imprescindible para quienes buscan comprender la riqueza cultural del Mediterráneo oriental.
Latakia no solo es una ventana al pasado, sino también un símbolo de la resiliencia siria y del encanto eterno de las ciudades que han sabido renacer a través de los siglos.
fm/ed