Tartus, 1 nov (SANA) Beit Shubat, un pintoresco pueblo de montaña ubicado cerca de Safit, en la gobernación siria de Tartus. Es un destino que combina la belleza natural con un rico legado histórico y cultural.
Este enclave, famoso por sus antiguas casas tradicionales y el entorno montañoso que lo rodea, ofrece una visión auténtica de la vida rural siria.
Arquitectura tradicional y paisajes naturales
El pueblo de Beit Shubat se destaca por su arquitectura tradicional, caracterizada por casas con tejas que se mimetizan perfectamente con la belleza del paisaje. El área es famosa por sus olivos y robles, que se extienden por sus colinas, y por el cultivo de cítricos y nueces, que prosperan gracias al clima templado y la fertilidad de la tierra.
Ubicado a una altitud aproximada, Beit Shubat se convierte en un refugio de tranquilidad, alejado del bullicio urbano, ideal para quienes buscan un respiro en la naturaleza.
Un pueblo con historia y legado arquitectónico
Beit Shubat no es solo un lugar de belleza natural, sino también un testimonio viviente de la rica historia de la región. El pueblo es considerado uno de los asentamientos arqueológicos más significativos de la zona, con casas que datan de las épocas otomana y francesa. La más destacada es una casa de ladrillo con tres arcos, que es un claro ejemplo de la arquitectura rural de la costa siria, una mezcla de influencias que reflejan las civilizaciones que han pasado por esta región.
Nombre y origen
El nombre “Shubat” es otro misterio que rodea este encantador pueblo. Shafiq Al-Sheikh Ali, un residente local, el nombre tiene una historia interesante. “Shubat” es una antigua palabra siríaca que significa “muerte” o “ira”. Sin embargo, también existe una variante del nombre, “Sbat”, que se interpreta como “una palma generosa” o “Al-Qad Al-Hassan”, lo que sugiere un simbolismo más positivo relacionado con la abundancia.
Ali explicó que, según la tradición local, el nombre original de la aldea era “Sabat”, pero con el tiempo, debido a su pronunciación más sencilla y a la evolución del lenguaje, se transformó en “Shabbat”, como se conoce hoy en día. Esta dualidad en el significado y el origen del nombre aporta un toque de misterio a la historia del pueblo.

Una Mezcla de Civilizaciones
Beit Shubat, al igual que otros pueblos cercanos, representa un crisol de civilizaciones, un testimonio de las influencias otomana, francesa y siríaca en la región. Esta mezcla de culturas no solo se refleja en su arquitectura, sino también en las tradiciones y costumbres que siguen vivas entre sus habitantes.
El pueblo, con su naturaleza serena y su terreno montañoso, sigue siendo un ejemplo de cómo la historia y la naturaleza pueden coexistir en perfecta armonía.
Por Esraa Dubian/fm









