Londres, 3 dic (SANA) Amnistía Internacional denunció hoy que las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) perpetraron crímenes de guerra durante su ataque al campamento de Zamzam, uno de los mayores asentamientos de desplazados internos en la región sudanesa de Darfur, a las afueras de la ciudad de El Fasher.
En un informe divulgado por la organización, se detalló que entre el 11 y el 13 de abril las FAR irrumpieron en el campamento, donde se refugiaban cerca de un millón de personas, y ejecutaron acciones que incluyeron asesinatos deliberados de civiles, toma de rehenes y la destrucción y saqueo de mezquitas, escuelas y centros médicos.
Las conclusiones se basan en testimonios de 29 sobrevivientes, familiares de víctimas y periodistas.
De acuerdo con el documento, los atacantes emplearon explosivos y realizaron disparos indiscriminados en áreas densamente pobladas. Las cifras recopiladas por Amnistía, coincidentes con informes de Naciones Unidas, indican que el asalto dejó cientos de muertos y obligó a más de 400.000 civiles a huir del lugar.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, condenó lo ocurrido y afirmó que el ataque “confirma, sin lugar a dudas, el desprecio de las Fuerzas de Apoyo Rápido por el derecho a la vida”, al tiempo que instó a investigar estos hechos como crímenes de guerra conforme al derecho internacional.
Según imágenes satelitales tomadas el 16 de abril y analizadas por la organización, en el campamento se identificaron cráteres que no existían previamente, señal del uso intensivo de armas explosivas.
Desde que las FAR ocuparon El Fasher en octubre pasado, han aumentado las denuncias de asesinatos en masa, violencia étnica, secuestros y agresiones sexuales en zonas bajo su control. Organizaciones de derechos humanos también reportan ejecuciones motivadas por criterios étnicos.
La crisis en Sudán continúa agravándose en un contexto de enfrentamientos entre el ejército y las FAR desde abril de 2023, un conflicto que ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados, mientras la ONU alerta sobre el riesgo de una catástrofe humanitaria sin precedentes.
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