Ottawa, 7 dic (SANA) Bailar de forma regular podría ralentizar, e incluso detener, el deterioro cognitivo asociado al párkinson, según un estudio canadiense que ha seguido durante seis años a pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa.
La investigación, realizada por expertos de la El trabajo incluyó a 43 pacientes que participaron en programas específicos de danza para personas con párkinson, impartidos por el Ballet Nacional de Canadá y el grupo Dance for Parkinson’s en Toronto. Los resultados se compararon con los de 28 pacientes que no realizaban actividad física de manera regular.
La investigación, realizada por expertos de la Universidad de York en Toronto y publicada en el Journal of Alzheimer’s Disease, es uno de los análisis más amplios sobre el impacto de las artes del movimiento en las capacidades mentales de personas con párkinson, también conocido como “parálisis temblorosa”, informó el portal especializado MedicalXpress. y publicada en el Journal of Alzheimer’s Disease, es uno de los análisis más amplios sobre el impacto de las artes del movimiento en las capacidades mentales de personas con párkinson, también conocido como “parálisis temblorosa”, informó el portal especializado MedicalXpress.
“Lo habitual en la evolución del párkinson es que el deterioro cognitivo avance con el tiempo, pero observar a un grupo completo de pacientes sin regresión durante seis años es muy significativo”, explicó Joseph de Souza, profesor asociado de la Facultad de Salud de la Universidad de York y autor principal del estudio.
El trabajo incluyó a 43 pacientes que participaron en programas específicos de danza para personas con párkinson, impartidos por el Ballet Nacional de Canadá y el grupo Dance for Parkinson’s en Toronto. Los resultados se compararon con los de 28 pacientes que no realizaban actividad física de manera regular.
Las sesiones de danza combinaban ejercicios de calentamiento sentados, movimientos de equilibrio inspirados en el ballet, coreografías grupales que requerían coordinación y atención, así como el aprendizaje de una rutina completa preparada para una presentación teatral.
Las pruebas cognitivas mostraron que los participantes en las clases de danza mantuvieron sus niveles mentales, e incluso algunos lograron mejorarlos, mientras que el grupo de control presentó escasa o nula evolución.
“No podemos reconstruir el cerebro, pero la danza parece capaz de frenar el deterioro e incluso mejorar ciertas funciones cognitivas, lo que supone un logro notable en una enfermedad cuyo curso es difícil de controlar”, señaló el investigador principal, Simran Roupray.
Según los autores, bailar es una actividad que combina estímulo mental, físico y social: escuchar música, sincronizar movimientos con el ritmo, aprender y recordar nuevas secuencias, mantener la atención visual e interactuar con otras personas activan diversos sistemas del sistema nervioso.
El párkinson es un trastorno neurológico crónico que afecta al sistema nervioso central y se caracteriza por temblores, rigidez y dificultades de movimiento. Se produce por la pérdida de neuronas productoras de dopamina en la sustancia negra del cerebro, lo que compromete la coordinación motora y el control muscular.
fm/as