Washington, 19 nov (SANA) La exposición continuada a la luz artificial durante la noche, incluso en niveles moderados, podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, según un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital General de Massachusetts.
De acuerdo con información publicada por The Times of India, los resultados fueron presentados en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón. La investigación señala que la luz nocturna incrementa la actividad cerebral asociada al estrés y favorece la inflamación de los vasos sanguíneos, procesos que pueden derivar en aterosclerosis y elevar el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
El estudio analizó a 466 adultos mediante escáneres cerebrales y arteriales, comparados con datos satelitales sobre el nivel de iluminación en sus áreas residenciales. Los investigadores observaron que las personas más expuestas a la luz nocturna tenían un 35 % más de probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas en los cinco años siguientes, y un aumento del 22 % del riesgo en un plazo de diez años. Durante el seguimiento, un 17 % de los participantes sufrió afecciones cardíacas graves.
El equipo científico destacó la conveniencia de reducir la luz artificial durante la noche a través de la llamada “dieta de luz”, que propone limitar la exposición lumínica tras el atardecer para mantener los ritmos biológicos naturales.
Recomendaciones previas de expertos apuntan al uso de cortinas opacas, la desconexión de dispositivos electrónicos entre 30 y 60 minutos antes de dormir, la sustitución de luces LED intensas por tonos cálidos y el control del ruido ambiental para favorecer un mejor descanso y reducir el impacto en el sistema cardiovascular.