A través del tiempo, el sello postal sirio sigue siendo una pequeña obra de arte cargada de memoria, identidad y orgullo nacional.
Damasco, 1 oct (SANA) Mucho más que un instrumento para franquear correspondencia, el sello postal sirio desempeñó, a lo largo de más de un siglo, un papel crucial como testigo silencioso de la historia, la cultura y la identidad de la nación.
Desde su adopción oficial en 1920, el sello postal ha acompañado a generaciones en cartas, documentos y transacciones. Con diseños cuidadosamente elaborados y una impronta nacional distintiva, cada emisión ha servido como una ventana al alma de Siria, reflejando hitos históricos, sociales y culturales.

Para Ruba Abu Hassan, directora del Departamento de Servicios en la Corporación Postal Siria, el sello es “un embajador en papel” que narra las etapas más importantes del país. “Cada ejemplar documenta una fase significativa de nuestra historia, desde retratos de presidentes como Hashim al-Atassi y Shukri al-Quwatli, hasta sellos conmemorativos de exposiciones y eventos nacionales”, explicó a SANA.
Un archivo visual de la nación
Más allá de su uso funcional, los sellos conforman un archivo visual invaluable. Este legado se preserva en el Museo de Sellos de Damasco, donde se conservan ejemplares desde 1920, así como postales, herramientas de impresión y objetos históricos utilizados por los carteros. El museo también exhibe una colección artística de fragmentos de sellos, convertidos en mosaicos que combinan memoria e imaginación.

Además de su dimensión cultural, el sello postal posee un valor económico. A través de su uso en cartas y trámites oficiales, y la reimpresión de emisiones populares que se agotan con rapidez, el sello se convierte también en fuente de ingresos. “Es un documento financiero con valor documental”, subraya Abu Hassan.
Una afición que une generaciones
El Club de Sellos Sirio, fundado en 1946, continúa promoviendo esta pasión entre jóvenes y adultos. Su presidente, el ingeniero Haitham Abu Ghazali, destaca la realización periódica de exposiciones y subastas que permiten el intercambio de sellos y la exhibición de piezas raras.

Para coleccionistas como Nasouh Al-Ash, quien comenzó su afición en la década de 1950, el sello es mucho más que un objeto de colección. “Cuando observo mi archivo, siento que estoy leyendo un libro ilustrado de la historia de Siria y del mundo”, confiesa con emoción.
A través del tiempo, el sello postal sirio sigue siendo una pequeña obra de arte cargada de memoria, identidad y orgullo nacional.