Caracas, 23 dic (SANA) La tensión entre Estados Unidos y Venezuela se agudizó en los últimos días tras la imposición por Washington de un bloqueo naval a petroleros venezolanos sometidos a sanciones, medida que Caracas considera una nueva escalada en la política de presión contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
De acuerdo con reportes oficiales, las acciones estadounidenses derivaron en la incautación de un segundo buque petrolero frente a las costas venezolanas, lo que generó preocupación por el impacto directo del bloqueo en la economía nacional, altamente dependiente de las exportaciones de crudo.
Autoridades estadounidenses afirmaron que las incautaciones forman parte de los esfuerzos para combatir cargamentos considerados ilícitos, mientras que el gobierno venezolano calificó la medida de acto de piratería marítima y de amenaza directa a su soberanía y estabilidad económica.
Sanciones y presión económica
La economía venezolana obtiene cerca del 95 por ciento de sus ingresos externos de la exportación de petróleo. Analistas estiman que alrededor del 90 por ciento de las reservas internacionales del país, calculadas en unos 13 mil millones de dólares, son ilíquidas o de difícil acceso, lo que incrementa la vulnerabilidad ante una eventual interrupción prolongada de las importaciones.
Desde la imposición de sanciones estadounidenses a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en 2019, la producción petrolera sufrió una fuerte caída, pese a ligeros repuntes recientes asociados a operaciones de la compañía estadounidense Chevron, autorizadas mediante licencias especiales.
Las sanciones se concentran en los petroleros que operan fuera de estos permisos, incluyendo detenciones y confiscaciones como mecanismo de presión económica, mientras algunas empresas continúan operando bajo exenciones limitadas que atenúan parcialmente el impacto en los mercados internacionales.
Disputa por la influencia internacional
En paralelo a la disminución de las inversiones chinas en Venezuela, Estados Unidos ha reforzado su influencia sobre el destino del petróleo venezolano, utilizando las sanciones como instrumento en la competencia por el control de los recursos energéticos.
Informes especializados señalan que Pekín mantiene actualmente proyectos limitados, en contraste con la expansión de la producción de Chevron, lo que refleja un cambio en el equilibrio de intereses internacionales en el sector petrolero venezolano.
Reacciones y posibles escenarios
El gobierno venezolano reiteró su denuncia contra lo que considera una violación del derecho internacional y advirtió que la continuidad del bloqueo podría derivar en nuevas incautaciones y un endurecimiento adicional de las sanciones.
Las restricciones ya muestran efectos inmediatos en la economía venezolana, con una reducción parcial de las exportaciones de crudo y una menor demanda internacional. No obstante, el impacto en los mercados globales ha sido limitado, dado que Venezuela aporta cerca del uno por ciento de la producción mundial de petróleo y existen fuentes alternativas de suministro.
La actual coyuntura combina presiones económicas, sanciones internacionales y rivalidades geopolíticas, en un escenario que podría definir el curso de las relaciones entre Caracas y Washington en el corto y mediano plazo, mientras Venezuela enfrenta el desafío de sostener su economía frente al bloqueo y la persistente presión externa.
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