Jerusalén, 17 nov (SANA) Los ataques de colonos israelíes contra palestinos y sus lugares sagrados continúan en aumento en Cisjordania.
El jueves último, un grupo de colonos incendió la mezquita Al-Hajja Hamida, situada entre Deir Istiya y Kafr Haris, en la gobernación de Salfit, en el norte del territorio ocupado, mientras la comunidad internacional centraba su atención en la aplicación del acuerdo de alto el fuego en Gaza.
El incendio se suma a una serie de agresiones y profanaciones contra espacios religiosos e históricos palestinos denunciadas por organizaciones internacionales. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque y recordó que la violación de lugares de culto es “absolutamente inaceptable”, según indicó su portavoz, Stéphane Dujarric.
La Organización de Cooperación Islámica (OCI) también rechazó con firmeza el ataque, que calificó de provocación a los sentimientos de los musulmanes y de violación del derecho internacional humanitario y de los Convenios de Ginebra. La entidad pidió una acción internacional urgente para llevar a los responsables ante la justicia y poner fin a la impunidad.
En la misma línea, el movimiento palestino Hamás atribuyó el incendio al “racismo” de los colonos y denunció que el ataque y los eslóganes racistas inscritos en los muros de la mezquita buscan alterar el carácter histórico y religioso de Cisjordania, con el apoyo del Gobierno israelí.
Al-Azhar, la prestigiosa institución islámica con sede en Egipto, condenó igualmente el ataque y advirtió de los riesgos de las políticas destinadas a “judaizar” Palestina y modificar su identidad cultural. Instó además a la comunidad internacional a actuar para frenar estas prácticas y exigir responsabilidades.
La ONU ha alertado de un aumento preocupante de la violencia de colonos contra palestinos en Cisjordania. Según sus datos, en octubre se registraron al menos 264 ataques, la cifra mensual más alta desde que comenzó a documentar estos incidentes en 2006.
Las agresiones se producen en un contexto de creciente inquietud regional e internacional por su impacto en la estabilidad de los territorios palestinos ocupados. Gobiernos y organizaciones árabes e internacionales reclaman medidas para poner fin a las violaciones contra civiles y lugares sagrados y garantizar la rendición de cuentas conforme al derecho internacional.
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