Jerusalén ocupada,12 nov (SANA) Un reciente reportaje de investigación publicado por el diario británico The Guardian reveló la existencia de un centro de detención israelí subterráneo donde permanecen recluidos decenas de palestinos procedentes de la Franja de Gaza, en condiciones que organizaciones de derechos humanos califican como inhumanas y degradantes.
Un centro subterráneo fuera del tiempo
Según la investigación, el centro conocido como “Rakefit” se encuentra en un complejo secreto que fue reabierto en 2023 tras haber sido clausurado en 1985. Originalmente diseñado para albergar a quince personas, el lugar habría sido transformado en una instalación de gran capacidad donde actualmente se retiene a cerca de un centenar de palestinos.
Los testimonios recogidos señalan que los detenidos permanecen bajo tierra, sin acceso a la luz solar ni a una adecuada ventilación, lo que los mantiene completamente aislados del mundo exterior. No tienen comunicación con sus familias ni posibilidad de recibir información del entorno, situación que organizaciones humanitarias comparan con un proceso de “entierro en vida”.
Denuncias por tortura y violaciones al derecho internacional
El reportaje cita a un abogado del Comité Público contra la Tortura en Israel, quien sostuvo que las prácticas aplicadas en “Rakefit” vulneran la Convención contra la Tortura y el derecho internacional humanitario.
Diversos testimonios de prisioneros describieron episodios de golpizas, ataques con perros, privación de alimentos, falta de atención médica y condiciones extremas de confinamiento, todo ello en un ambiente sin ventilación ni luz natural.
Consecuencias severas en la salud física y mental
Expertos médicos advierten que la exposición prolongada a la oscuridad y el aislamiento puede provocar graves daños psicológicos y neurológicos, entre ellos trastornos del sueño, ansiedad, desorientación y deterioro cognitivo. Asimismo, la ausencia de luz solar afecta la producción de vitamina D, debilita el sistema inmunológico y contribuye al deterioro general del organismo.
Preocupación internacional y llamados a rendición de cuentas
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó en reiteradas ocasiones su preocupación por las condiciones de los detenidos palestinos en prisiones israelíes. Además señaló que muchas de ellas no cumplen los estándares mínimos de trato humano establecidos por los convenios internacionales.
Por su parte, el Comité contra la Tortura de la ONU denunció patrones sistemáticos de tortura y malos tratos contra prisioneros palestinos, e instó a permitir el acceso de observadores internacionales a todos los centros de detención, incluidas las instalaciones secretas.
La relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967, Francesca Albanese, calificó la política de detención israelí como una forma de persecución destinada a quebrar la voluntad colectiva del pueblo palestino. Albanese instó a la comunidad internacional a adoptar medidas vinculantes para garantizar la rendición de cuentas y poner fin a la impunidad.
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