Islamabad – Kabul, 8 nov (SANA) Los gobiernos de Afganistán y Pakistán se responsabilizaron mutuamente del fracaso de la tercera ronda de conversaciones de paz, celebrada esta semana en Estambul, Turkiye, la cual concluyó sin avances concretos, informaron hoy fuentes oficiales.
De acuerdo con comunicados difundidos en ambas capitales, la tercera ronda de diálogo, iniciada con mediación internacional, no produjo resultados tangibles pese a los intentos de las partes por reactivar el acuerdo de alto el fuego alcanzado el pasado 19 de octubre en Catar, tras los recientes enfrentamientos fronterizos.
El portavoz del gobierno afgano, Zabihullah Mujahid, declaró en redes sociales que durante las conversaciones la delegación pakistaní “no mostró cooperación”, lo que impidió llegar a una conclusión a pesar de “las buenas intenciones de Afganistán y los esfuerzos de los mediadores”.
Por su parte, el ministro afgano de Fronteras y Asuntos Tribales, Noorullah Noori, advirtió sobre una posible escalada de tensiones si Islamabad continúa con sus amenazas tras el fracaso de las negociaciones, e instó a Pakistán a no subestimar la capacidad de defensa de Afganistán ni confiar exclusivamente en su superioridad militar.
En respuesta, el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Asif, declaró al canal Geo News que las conversaciones “llegaron a un punto muerto”, explicando que la delegación afgana se negó a firmar un acuerdo por escrito, condición indispensable para Islamabad.
“Asif añadió que Pakistán no aceptará compromisos verbales y que cualquier entendimiento debe formalizarse por escrito”, señaló el medio.
Un día antes, el ministro pakistaní de Información, Attaullah Tarar, ya había anticipado el desenlace negativo de las conversaciones, al afirmar que la responsabilidad recaía en Kabul para cumplir sus compromisos en materia de lucha contra el terrorismo, conforme al Acuerdo de Paz de Doha de 2021.
Las dos delegaciones se reunieron en Estambul el jueves último, con la mediación de representantes de Turkiye, Catar y la ONU, en un intento por consolidar un nuevo marco de entendimiento bilateral que garantice el cese de hostilidades y el control de los incidentes fronterizos.
Sin embargo, diplomáticos regionales coincidieron en que el clima de desconfianza mutua y las diferencias en torno a la seguridad fronteriza siguen siendo los principales obstáculos para un acuerdo duradero entre ambos países vecinos.
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