Jerusalén ocupada, 22 oct (SANA) Israel entregó recientemente a Gaza 120 cuerpos de palestinos fallecidos durante su ofensiva militar en el enclave, según informó el Ministerio de Salud local.
Los cadáveres, recibidos a través del Comité Internacional de la Cruz Roja, presentan evidencias de tortura sistemática, ejecuciones extrajudiciales y extracción de órganos, lo que refuerza las acusaciones contra Israel por presunto tráfico de órganos humanos.
El Ministerio de Salud palestino reveló que de los cuerpos entregados, solo seis han sido identificados y las autoridades sanitarias reportaron signos de estrangulamiento, ojos vendados, extremidades atadas con bridas plásticas, impactos de bala a corta distancia, fracturas, quemaduras y heridas profundas.
Algunos cadáveres fueron aplastados por vehículos militares, lo que constituye una violación grave del derecho internacional humanitario.
El director general de hospitales en Gaza, Mohamed Al-Zaqout, indicó que varios cuerpos fueron vaciados de órganos como corazón, hígado, riñones y córneas.
Estos fueron rellenados con algodón blanco para ocultar la extracción, lo que sugiere una práctica sistemática de robo de órganos con fines comerciales.
Organizaciones de derechos humanos exigen investigación internacional
El Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos documentó el proceso de entrega de los cuerpos entre el 13 y el 16 de octubre. Su equipo encontró pruebas de tortura deliberada y trato cruel.
La organización calificó estos actos como violaciones graves que combinan asesinato, tortura prohibida y trato degradante, y pidió una investigación internacional urgente.
Llamado a la intervención médica y legal
El observatorio instó a permitir el acceso de equipos médicos y legales independientes para identificar los cuerpos y determinar las causas de muerte.
La falta de mecanismos de verificación prolonga el sufrimiento de las familias, que viven entre la esperanza y el duelo. El desconocimiento del destino de sus seres queridos constituye una forma de tortura psicológica.
Testimonio desde Gaza
El director general del Ministerio de Salud en Gaza, Munir Al-Barsh, declaró: “Los cuerpos que recibimos estaban atados como animales, con los ojos vendados y signos de tortura y quemaduras atroces.
No murieron de forma natural, fueron ejecutados tras ser inmovilizados. No estaban enterrados, sino retenidos durante meses en cámaras frigoríficas israelíes.”
Antecedentes de extracción de órganos
El robo de órganos no es nuevo en el historial de Israel. En el año 2000, el exdirector del Instituto Forense israelí, Yehuda Hiss, admitió que se extraían órganos de cadáveres palestinos sin consentimiento. En 2009, el periodista sueco Donald Boström publicó una investigación titulada “Nuestros hijos fueron saqueados por sus órganos”, que generó indignación mundial.
Las “tumbas numeradas” en Cisjordania
Desde 1948, Israel mantiene una política de retención de cadáveres en las llamadas “tumbas numeradas”, cementerios secretos donde los cuerpos son enterrados sin nombre, marcados únicamente con placas metálicas.
Según la Campaña Palestina para la Recuperación de los Cuerpos, actualmente hay 735 cadáveres retenidos, incluidos 67 niños y 10 mujeres, además de cientos más desde principios de 2025.
La manipulación de cadáveres constituye un crimen según el derecho internacional y las Convenciones de Ginebra.
Negarse a entregar los cuerpos a sus familias para su entierro puede considerarse una forma de castigo colectivo, prohibido por el artículo 33 de la Cuarta Convención de Ginebra. Sin embargo, Israel continúa sus crímenes contra los palestinos, vivos y muertos, bajo la impunidad y la inacción de la comunidad internacional.
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