Damasco, 2 nov (SANA) La relación entre la música y la sanación no es un hallazgo de la ciencia contemporánea, aunque las investigaciones recientes hayan confirmado que escuchar melodías puede acelerar la recuperación de los pacientes tras una cirugía, aliviar el dolor e incluso reducir el estrés del personal médico en los quirófanos. Mucho antes de estas conclusiones, los sabios musulmanes ya habían explorado los efectos terapéuticos de la música, aplicándolos en hospitales y centros médicos del mundo islámico desde hace siglos.
Al-Farabi y los orígenes de la musicoterapia
El filósofo y científico Abu Nasr Muhammad Al-Farabi fue uno de los pioneros en reconocer la influencia de la música sobre la mente humana y en utilizarla con fines médicos, especialmente en el tratamiento de trastornos psicológicos. Sus ideas quedaron plasmadas en obras fundamentales como “El gran libro de la música” y “Enumeración de ritmos”.
La práctica no consistía en interpretar melodías de forma aleatoria: las piezas se seleccionaban cuidadosamente según el estado emocional y el temperamento de cada paciente. De acuerdo con algunas fuentes históricas, aAl-Farabi habría inventado el qanun, un instrumento de cuerda destinado a lograr sonidos capaces de despertar emociones profundas y favorecer el equilibrio interior.

La psiquiatría árabe y el dominio de los sentidos
Durante los califatos omeya y abasí, la medicina islámica alcanzó un desarrollo notable en el campo de la salud mental. El tratamiento de los enfermos no se basaba en el aislamiento ni en el castigo, sino en la atención integral al cuerpo y al espíritu.
Los pacientes recibían baños matutinos con agua pura, paseaban por jardines y huertos aromáticos, y escuchaban música como parte esencial del proceso curativo. En esa época, se consideraba que un médico completo debía dominar El laúd (instrumento árabe), pues la música formaba parte de su formación profesional.
El método terapéutico se sustentaba en la estimulación equilibrada de los sentidos: la música para el oído, la contemplación de paisajes para la vista, la alimentación cuidadosamente elegida para el gusto y los aromas naturales para el olfato. Este equilibrio sensorial se concebía como un camino hacia la recuperación de las enfermedades mentales y emocionales.
El Bimaristan Nuri de Damasco: un referente histórico
En el año 1154 d. C., el gobernante Nur al-Din Zangi fundó en Damasco el célebre Hospital Nuri, destinado principalmente a los enfermos pobres. De acuerdo con el investigador Ahmed Fouad Pasha, en su estudio Instituciones científicas y educativas en la era de la civilización islámica, incluido en el libro Institucionalización en el Islam, la orientalista Sigrid Hunke destacó en una conferencia celebrada en el patio del hospital que los pacientes recibían allí tratamientos combinados de psiquiatría y música.
En este centro, los enfermos eran atendidos en departamentos especializados, bajo la supervisión de médicos expertos que aplicaban métodos innovadores para su tiempo, como la hipnosis terapéutica y la musicoterapia.
Se considera que el Hospital Nuri fue una de las primeras instituciones del mundo en emplear la música para tratar trastornos mentales y dolencias psicológicas. En ese periodo, la medicina árabe se encontraba en su apogeo: los europeos dependían de las traducciones latinas de los textos médicos islámicos, y los médicos árabes desarrollaron incluso un anestésico inhalado a base de alcohol, opio, hachís y extracto de belladona, capaz de conservarse durante largos periodos.
Ibn Sina y la curación de la melancolía
El médico y filósofo Abu Ali Al-Husayn ibn Abd Allah ibn Sina, conocido en Occidente como Avicena, registró en su obra “La ley de la medicina” (1037 d. C.) el papel de la música en el tratamiento de las enfermedades mentales, en especial la melancolía o malenconía, caracterizada por pensamientos obsesivos, delirio y temores irracionales.
Avicena sostenía que escuchar música y canciones podía liberar al paciente del aislamiento y aliviar su angustia. Además, propuso un sistema de asociación entre melodías y momentos del día, adaptado a las variaciones emocionales del ser humano
Un legado adelantado a su época
La historia demuestra que la musicoterapia, hoy reconocida como una disciplina de la psiquiatría moderna, hunde sus raíces en la civilización islámica. Mucho antes de que Occidente la considerara una herramienta clínica, médicos como Al-Farabi e Ibn Sina, y hospitales como el Nuri de Damasco, no utilizaban la música no como entretenimiento, sino como un verdadero medio de sanación.
Por Watfeh Salloum