Damasco, 27 sep (SANA) El presidente sirio, Ahmad al-Shara, regresó al país tras su histórica participación en el 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, convirtiéndose en el primer mandatario sirio en dirigirse al podio de la ONU desde 1967.
Al-Shara calificó los avances diplomáticos alcanzados como fruto de la lucha de un pueblo que liberó su tierra con su propia sangre, y como un mensaje claro de que Siria inicia una nueva etapa de apertura y reconstrucción, tras décadas de aislamiento y destrucción.
Desde Idlib, donde ofreció un discurso en directo, inmediatamente después de la campaña de donación “Lealtad a Idlib”, que recaudó más de 208 millones de dólares, el presidente afirmó que esta ciudad representa el punto de partida de la lealtad nacional.
Elogió la firmeza y los sacrificios del pueblo sirio, y subrayó que la victoria política reconocida internacionalmente es una extensión directa de la victoria militar sobre el terreno.
Durante su estancia en Nueva York, al-Shara sostuvo 22 reuniones bilaterales y multilaterales con líderes de distintos países y representantes de organizaciones internacionales, incluyendo al presidente estadounidense Donald Trump, el secretario de Estado Marco Rubio y la senadora Jeanne Shaheen. En su segundo encuentro con al-Shara, Trump reafirmó su respaldo a la “nueva oportunidad” que representa Siria, y abordó la posible suspensión de sanciones.
El discurso de al-Shara ante la Asamblea General se alejó del tono tradicional, presentando la “historia siria” como una lucha entre el bien y el mal: entre un pueblo que luchó por su libertad y un régimen anterior que impuso la opresión.
Definió la victoria como un triunfo de la justicia y la tolerancia, y pidió el levantamiento total de las sanciones para impulsar la recuperación económica y el desarrollo nacional.
Asimismo, el presidente reafirmó el compromiso de Siria con su soberanía e integridad territorial, alertó sobre las amenazas israelíes y los intentos de fragmentación, y reiteró la adhesión al Acuerdo de Separación de 1974.
En el plano interno, anunció una serie de reformas políticas, incluyendo la formación de un gobierno de expertos, la elección de un nuevo consejo legislativo, y la creación de dos comisiones nacionales: una para la justicia transicional y otra para las personas desaparecidas. También declaró la disolución de todas las formaciones armadas previas, reafirmando que el monopolio del uso de la fuerza corresponde únicamente al Estado.
Finalmente, al-Shara expresó el apoyo incondicional de Siria al pueblo de Gaza, pidió el cese inmediato de las hostilidades, y reiteró el compromiso del país con sus posiciones históricas en defensa de las causas árabes.
Con este enfoque, Siria abre una nueva etapa de equilibrio entre soberanía, diplomacia y desarrollo.
rr