Alepo, 17 dic (SANA) Alepo, una de las 10 ciudades más antiguas del mundo, ha sido testigo de momentos históricos que han marcado tanto la historia de la humanidad como la de Siria con su rica herencia cultural y su estratégica ubicación, ha sido durante siglos un centro neurálgico del Levante y un símbolo de la civilización.
A lo largo de su historia, a pesar de haber sido destruida y devastada en varias ocasiones, Alepo ha logrado resurgir una y otra vez, manteniendo su esencia a pesar de las adversidades.
Alepo: Un símbolo de resiliencia
Alepo ha atravesado numerosos desafíos a lo largo de los siglos: terremotos, guerras, hambrunas, invasiones, y más recientemente, la guerra que estalló en Siria. No obstante, la ciudad ha logrado mantenerse viva, no solo físicamente, sino como un emblema de resistencia ante la adversidad.
Su vibrante patrimonio y su diversidad cultural, que ha unido a Oriente y Occidente, continúan siendo un reflejo de la fortaleza de su gente.
Alepo, a lo largo de la historia, ha sido una encrucijada entre civilizaciones, un lugar donde las culturas se han fusionado y han dejado huella, y sigue siendo un símbolo de la capacidad de regeneración humana.
Alepo: La Revolución y la libertad
El 25 de marzo de 2011, apenas diez días después del inicio del levantamiento popular sirio contra el régimen de Bashar Al-Assad, Alepo fue escenario de sus primeras manifestaciones bajo el lema “Viernes de la Dignidad”. Los residentes de la ciudad se unieron a las protestas exigiendo el fin del régimen, marcando el inicio de un movimiento que, a pesar de la represión violenta, creció rápidamente.
El 30 de junio de 2011, la ciudad presenció el primer asesinato a manos de las fuerzas del régimen, lo que avivó la ira popular y convirtió las protestas en manifestaciones casi diarias.
En julio de 2012, las fuerzas revolucionarias entraron en Alepo, desencadenando la conocida “Batalla de Alepo”, que resultó en la muerte de más de 4.000 personas a causa de los intensos bombardeos. La ciudad estuvo envuelta en un conflicto devastador e intensos bombardeos hasta finales de 2016, cuando se alcanzó un acuerdo que obligó a los residentes del este de Alepo a desplazarse. Decenas de miles de residentes locales tuvieron que desplazarse luego.
29 de noviembre del 2024: Liberación de Alepo
La liberación de Alepo del régimen de Bashar al-Assad marcó un punto de inflexión en la Revolución sirio y en la historia reciente del país, al poner fin a años de guerra caracterizada por enfrentamientos, asedios y una grave crisis humanitaria.

Para la población, este acontecimiento simbolizó el colapso de la represión y la injusticia del régimen y abrió una nueva etapa cargada de expectativas, pero también de enormes desafíos, entre ellos la reconstrucción de la ciudad, el retorno de los desplazados y la restauración de la vida económica y social en una de las urbes más emblemáticas de Siria.
Recuperación de servicios y economía
Tras la liberación de la ciudad, Alepo experimentó una clara mejora en la calidad de los servicios básicos. El suministro eléctrico ha aumentado significativamente, las colas en panaderías y gasolineras han desaparecido, y aunque algunos barrios aún enfrentan dificultades con el acceso al agua y las redes de alcantarillado, la ciudad ha comenzado a recuperarse lentamente.
En términos económicos, Alepo ha sido históricamente la capital industrial de Siria. Después de años de destrucción, las fábricas han comenzado a reanudar sus actividades, especialmente en zonas como Sheikh Najjar y Ramouseh.
Según los expertos, el restablecimiento de la seguridad y la reapertura de las rutas de suministro han sido fundamentales para la reactivación de la industria. No obstante, el sector industrial aún necesita apoyo adicional para superar las secuelas de la guerra.
Un reflejo de diversidad étnica y religiosa
Alepo siempre ha sido un crisol de culturas, con una población diversa que incluye musulmanes, turcomanos, kurdos, circasianos y albaneses, entre otros. Según el censo de 2010, la población de la provincia era de aproximadamente 4,6 millones de habitantes. La presencia cristiana en Alepo tiene una larga tradición, con alrededor de 20.000 cristianos aún residiendo en la ciudad en 2022. Además, Alepo también fue hogar de una importante comunidad judía, que emigró a Palestina tras la creación del Estado de Israel en 1948. El último judío de Alepo abandonó la ciudad en 2016.

Rehabilitación local: Las manos de Alepo
Después del derrocamiento del régimen de Al-Assad, los habitantes de Alepo se han lanzado en un esfuerzo por reconstruir la ciudad por sus propios medios, sin esperar la intervención del gobierno o la ayuda internacional. Utilizando escombros reciclados y los materiales disponibles, los residentes han comenzado a restaurar sus hogares y reconstruir su comunidad.

Destrucción: El 58% de Alepo bajo escombros
La ciudad de Alepo sufrió una devastación sin precedentes debido a los bombardeos constantes del depuesto régimen y el uso de bombas de barril. Según informes de la ONU, alrededor del 58% de la ciudad fue destruida, incluyendo aproximadamente 36.000 edificios. Los barrios residenciales y los monumentos históricos fueron los más afectados, y la ciudad, que en su día fue un centro vibrante de comercio e intercambio cultural, se convirtió en un campo de batalla devastado.
El terremoto de 2023: Una nueva prueba de resiliencia
En 2023, Alepo fue golpeada por un terremoto devastador que sumó una nueva tragedia a la ya sufrida por la ciudad. Sin embargo, como en ocasiones anteriores, la solidaridad de los habitantes y el apoyo humanitario internacional demostraron la capacidad de Alepo para resistir.
Las comunidades locales, junto con organizaciones internacionales, unieron esfuerzos para reconstruir lo que pudo ser reparado. A pesar de las heridas abiertas por la guerra y el desastre natural, Alepo sigue demostrando una increíble capacidad de recuperación.
Alepo: más allá de la destrucción
Alepo, conocida como la “Capital Económica, Comercial e Industrial de Siria”, ha atravesado transformaciones profundas. Desde su posición como un bullicioso centro cultural en el Levante hasta convertirse en un campo de batalla marcado por la guerra, la ciudad sigue siendo un símbolo de fortaleza y perseverancia. Sus antiguas ruinas, sus bulliciosos zocos y su imponente ciudadela son testigos de un legado que, aunque marcado por la devastación, sigue vivo en el corazón de sus habitantes.
La historia de Alepo no es solo la de una ciudad destruida, sino la de un pueblo que se niega a ser derrotado, que sigue luchando por su futuro, por su identidad, y por un renacimiento que, aunque incierto, es inevitable. La “Joya de Siria” sigue brillando, recordándonos que, incluso en las horas más oscuras, la humanidad siempre tiene la capacidad de reconstruir lo que se ha perdido.
Por Watfeh Salloum/fm




