Damasco, 10 dic (SANA) Por primera vez en su historia, Siria celebró hoy el Día Internacional de los Derechos Humanos, una fecha que evoca uno de los compromisos humanitarios más relevantes: la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París el 10 de diciembre de 1948.
Este documento definió por primera vez los derechos fundamentales que deben ser protegidos universalmente y los estándares destinados a resguardar la dignidad y los derechos humanos.
Décadas de opresión y violaciones
Siria experimentó una prolongada y dolorosa etapa marcada por violaciones de derechos humanos. Durante cinco décadas, su pueblo padeció opresión, tiranía y miedo, mientras las fuerzas de seguridad intervenían en sus vidas y destinos.
En las décadas de 1970 y 1980, el depuesto régimen perpetró masacres en Hama, Alepo y la prisión de Tadmor, que dejaron decenas de miles de muertos, además de un número similar de desaparecidos en prisiones y centros de detención.
Con el estallido de la Revolución siria en marzo de 2011, la población se movilizó reclamando libertad y dignidad, pero se encontró con una guerra sangrienta en la que el régimen anterior recurrió a todos los medios de muerte y destrucción, incluidas armas químicas. Ello provocó más de un millón de mártires, cientos de miles de detenidos y desaparecidos, y millones de desplazados y refugiados.
Amnistía Internacional calificó posteriormente la era de Assad como “un período oscuro de horribles violaciones, que incluyen asesinatos, torturas, desapariciones forzadas y exterminio, que constituyen crímenes de lesa humanidad”.
Siria: Hacia la justicia y la dignidad
El 8 de diciembre de 2014 marcó un nuevo amanecer en Siria, trayendo a la luz la magnitud de los crímenes y violaciones cometidos por el antiguo régimen, desde los horrores de la prisión de Saydnaya hasta las fosas comunes que continúan siendo descubiertas.
Tras la liberación, el camino hacia la justicia se inició con la creación de la Comisión Nacional para la Justicia Transicional, establecida por decreto presidencial el 17 de mayo de 2015, además de la Comisión Nacional para los Desaparecidos, encargada de esclarecer el paradero de las víctimas de la represión. Estos esfuerzos avanzan en paralelo con la reforma judicial y el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad interna, con el fin de proteger los derechos de los ciudadanos y preservar su dignidad.
Un año después de la victoria, los sirios aspiran a un futuro en el que prevalezcan la paz y la estabilidad, y en el que los derechos y libertades estén garantizados por leyes justas que aseguren igualdad y dignidad humana, lejos de la represión, las violaciones y los crímenes que caracterizaron al antiguo régimen.
El Palacio de Conferencias de Damasco acogió hoy una celebración sin precedentes del Día Internacional de los Derechos Humanos, organizada conjuntamente por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, con la participación de ministros, embajadores, figuras internacionales y representantes de organizaciones de la sociedad civil.
En la apertura, el ministro de Asuntos Exteriores, Asaad Hassan al-Shaibani, afirmó: “Celebramos dos ocasiones especiales: el aniversario de la liberación de Siria y el Día Internacional de los Derechos Humanos. Hoy declaramos el regreso de la vida al corazón de Oriente con el regreso de Siria como un Estado que respeta a los seres humanos y defiende su dignidad”.
Agregó que esta jornada, que antes fue una tribuna para condenar los crímenes y violaciones del antiguo régimen, “se ha convertido hoy en una ocasión para defender los derechos humanos y preservar la dignidad humana”.
Por su parte, el jefe de la Sección de Oriente Medio y Norte de África de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Mohammad al-Nassour, señaló que este encuentro en Damasco no habría sido posible sin las luchas del pueblo sirio y la atención que el gobierno dedica a los derechos humanos.
La Alta Comisionada Adjunta, Nada al-Nashif, sostuvo que esta celebración representa un nuevo comienzo para los derechos humanos en Siria y destacó la voluntad compartida de avanzar hacia un futuro prometedor y luminoso.
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