Idlib (Siria), 26 nov (SANA) La fortaleza de Harem, situada en la provincia siria de Idlib, se mantiene como uno de los monumentos arqueológicos más destacados del país y un testimonio vivo de las sucesivas civilizaciones que dejaron su huella en el norte de Siria.
Ubicación estratégica y valor histórico
El recinto, cuyos muros combinan elementos de arquitectura militar y religiosa, se alza en el extremo noroeste del monte Jabal Al-Ala, sobre una colina natural-artificial de 4,5 hectáreas y 45 metros de altura, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Idlib.
Su posición estratégica le otorgó durante siglos un papel clave en la defensa de las rutas entre Alepo, Antioquía y Jerusalén.
Amal Nasr Hussein, conservadora del Museo de Idlib y asistente de la Dirección local de Antigüedades, explicó a SANA que la fortaleza constituye “un modelo distinguido de arquitectura defensiva desarrollada a lo largo de múltiples épocas”.
La especialista precisó que se la conoce como “la gemela de la fortaleza de Antioquía” por similitudes en diseño y construcción, además de estar conectada históricamente a ella mediante un túnel de jinetes usado para facilitar intercambios y reforzar la protección de ambas ciudades.
Orígenes y evolución arquitectónica
La altura del recinto, que alcanza los 136 metros sobre el nivel del mar, reforzó su valor militar y religioso. Durante el período bizantino se la conoció como el Monasterio de Harem. Su nombre, recordó Hussein, aparece en un documento siríaco-arameo del siglo VII con la forma “Haram”, que significa “consagrado” o “prohibido profanarlo”, un carácter que también recogen textos del geógrafo Yaqut al-Rumi.
Las excavaciones realizadas entre 1999 y 2002 por una misión sirio-italiana revelaron asentamientos fechados en el siglo VI a.C., correspondientes al período aqueménida. Sobre ese montículo artificial, los romanos levantaron una pequeña fortificación que posteriormente ampliaron los bizantinos. Más tarde, Saladino reconstruyó el complejo otorgándole la estructura general que conserva hoy, reforzada posteriormente por el sultán mameluco Al-Zahir Baybars.

En la Edad Media fue también residencia de recreo para los sultanes ayubíes y, durante el Mandato francés, recuperó su papel defensivo en el contexto de la revuelta de Ibrahim Hananu.
Estructura interna y elementos distintivos
En términos arquitectónicos, la fortaleza conserva la traza propia de las construcciones ayubíes. La entrada principal, situada entre dos torres prominentes, da paso a una entrada quebrada semejante a la de la fortaleza de Alepo. Desde allí parten tres ejes formados por pasajes abovedados que distribuyen el recorrido hacia las distintas áreas.
Entre las dependencias internas destaca un zoco compuesto por 12 tiendas en los lados norte y sur, dotado de almacenes y salas para mercancías. El mercado está cubierto con bóvedas de crucería perforadas con aberturas para iluminación y ventilación, mientras que las tiendas presentan plantas cuadradas con puertas apuntadas.
En el lado norte se ubica un baño público con un salón de recepción, y en la sección oriental se encuentra el Dar al-Imara o Casa de Gobierno, que incluye varias estancias administrativas y un baño privado formado por dos habitaciones cupuladas provistas de instalaciones de calefacción.
Considerada una de las fortalezas mejor conservadas de la región, Harem sigue siendo un punto de referencia para el estudio de la arquitectura militar medieval en Siria y un símbolo del patrimonio histórico que resiste pese a décadas de conflicto.
as/fm

