Con más de 13 años de dedicación como voluntario, su labor se centró en desmantelar explosivos y restos de guerra en diversas regiones sirias, una tarea vital para el regreso seguro de miles de desplazados a sus hogares. A pesar de la falta de recursos adecuados, su esfuerzo contribuyó a mitigar el riesgo que enfrentan comunidades enteras, en un contexto de creciente violencia y devastación.
Hama, 1 sep (SANA) Bashar Al-Omar, conocido como “Bashar el minero”, falleció el jueves último mientras realizaba labores de desminar los remanentes de la guerra en las zonas rurales del norte de la provincia siria de Hama, en las cercanías de la ciudad de Kafr Nabudah.
Con más de 13 años de dedicación como voluntario, su labor se centró en desmantelar explosivos y restos de guerra en diversas regiones sirias, una tarea vital para el regreso seguro de miles de desplazados a sus hogares.
Coordinado con el Ministerio de Defensa, respondía rápidamente a llamamientos de residentes que alertaban sobre la presencia de minas en sus aldeas, recorriendo diariamente campos minados en Idlib y Hama con el objetivo de salvar vidas civiles.
Al-Omar, quien originalmente trabajaba como enfermero en el sector médico, dejó su empleo tras el derrocamiento del régimen de Al-Assad para asumir voluntariamente la peligrosa tarea de detectar y retirar minas, a menudo con equipamiento precario.
La labor de este joven refleja un compromiso humano frente a las secuelas mortales que aún persisten tras años de conflicto. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) reportó que sólo en la primera mitad de 2025, más de 390 civiles, incluidos más de 100 niños, han muerto debido a municiones sin detonar en Siria. Estas cifras evidencian el peligro constante que representan los restos explosivos y la urgencia de iniciativas como la de Bashar.
A pesar de la falta de recursos adecuados, su esfuerzo contribuyó a mitigar el riesgo que enfrentan comunidades enteras, en un contexto de creciente violencia y devastación.
Las minas no solo son vestigios físicos de la guerra, sino barreras que impiden la reconstrucción y la estabilidad de Siria.
Bashar Al-Omar se despide como un símbolo de esperanza y sacrificio, un hombre que ofreció voluntariamente su vida para salvar a otros en un conflicto que permanece lejos de concluir.
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