Las personas desplazadas caminaron hacia sus hogares destruidos, que conservan el aroma de sus recuerdos, esperanzas y dolor. La visión de escombros y destrucción no les impidió aferrarse a la esperanza.
Hama, 25 ago (SANA) En medio de casas destruidas y paredes y techos derruidos, causados por los bombardeos y la destrucción del antiguo régimen, miles de sirios desplazados regresaron a sus hogares en la zona rural del norte de Hama tras la liberación del país del régimen de injusticia y tiranía. Llevaban consigo el sueño de una vida normal en su país, tras años de amargo desplazamiento y el dolor del exilio.
Las personas desplazadas caminaron hacia sus hogares destruidos, que conservan el aroma de sus recuerdos, esperanzas y dolor. La visión de escombros y destrucción no les impidió aferrarse a la esperanza.
Al contrario, aumentó su determinación de reconstruir sus vidas, piedra a piedra, a pesar de los desafíos y dificultades que enfrentan, que requieren el esfuerzo conjunto de todos para reconstruir y restaurar lo que el régimen criminal destruyó.
La restauración es una necesidad
Muhammad al-Daboul, residente de Halfaya, afirma: «La alegría de la liberación es indescriptible, pero se mezcla con la impotencia. Mi casa quedó completamente destruida y me vi obligado a alquilar una pequeña casa para alojarme con mi familia».
Expresó su esperanza de que las organizaciones internacionales y las organizaciones benéficas brindaran ayuda a las personas desplazadas que regresaban, restaurando las viviendas dañadas para brindarles refugio y protegerlas del calor del verano y el frío del invierno. Afirma: «Tenemos la voluntad, pero no los medios».
Un hogar fortalece la pertenencia
En la ciudad de Jalameh, Nasser al-Aliwi está en proceso de restauración con recursos limitados. Comenta: «Mi familia es numerosa y mi casa quedó parcialmente destruida y es inhabitable.
Así que inmediatamente comencé a reparar solo una habitación para que viviera mi familia, ya que restaurarla por completo requiere recursos que superan nuestras capacidades individuales».
Destacó que vivir en un hogar fortalece el sentido de pertenencia a la comunidad, la vuelta a la vida normal y mejores condiciones de vida. Aferrándose al lugar
Muhammad al-Ibrahim, de la zona de al-Ghab, señala que restaurar su casa llevará mucho tiempo debido a la falta de trabajadores en diversas profesiones, además de los altos costos financieros y la escasez de materiales de construcción.
Comenta que se ha visto obligado a vivir en una tienda de campaña junto a su casa dañada hasta que pueda renovarla y vivir en ella. Resaltó su apego a la esperanza mientras se aferra a su lugar.
No hay vida sin refugio
En Ma’arzaf, Abdul Mohsen al-Rahmoun indica que encontrar una vivienda adecuada es la mayor preocupación para la mayoría de los que regresan a sus zonas de residencia, donde no hay vida sin refugio. Pide a las autoridades competentes que les brinden apoyo financiero que les permita restaurar sus hogares mediante subvenciones o préstamos sin intereses, ya que tener una vivienda es el primer requisito para una vida digna.
El regreso es una victoria
Los retornados enfatizan que su regreso es una victoria en sí mismo, y que ver la destrucción no significa el final del camino para ellos, sino el comienzo de un viaje y un taller para reconstruir Siria a través de esfuerzos colectivos, tanto oficiales como populares.




