Damasco, 21 ago (SANA) En el aniversario de la trágica masacre química que conmocionó a Siria, el ministro de Información, Hamza Al-Mustafa, reflexionó sobre los devastadores acontecimientos que aún permanecen grabados en la memoria colectiva del pueblo sirio.
Más de mil vidas inocentes fueron arrebatadas, antes de que los cuerpos de las víctimas fueran sepultados bajo tierra, y en un intento desesperado por mitigar el sufrimiento, se vertía agua sobre ellos.
En su discurso, Al-Mustafa destacó el conmovedor testimonio de una niña que, al enfrentar la tragedia, gritaba: “¡Estoy viva, papá, estoy viva!”, un eco de dolor y esperanza en medio del sufrimiento.
Señaló que, mientras la comunidad internacional continuaba sus fríos debates, los responsables de estos crímenes permanecían
impunes, favorecidos por acuerdos diplomáticos que han sido calificados de vergonzosos.
El Ministro también hizo alusión al sufrimiento de las familias que perdieron a sus seres queridos, quienes enterraron a sus muertos con un profundo dolor, pero con una inquebrantable determinación.
En esos momentos difíciles, el pueblo sirio reafirmó su voluntad de resistir y mantenerse firme, coreando: “¡Oh, Dios, no tenemos a nadie más que a Ti!” como una muestra de su fuerza y esperanza.
Al-Mustafa concluyó su reflexión destacando que, a pesar del sufrimiento y la tragedia, la valentía y la resistencia del pueblo sirio no solo han mantenido viva la memoria de los caídos, sino que han transformado el dolor en una lucha por la libertad que sigue inspirando a las generaciones venideras.