Maaloula no solo es un testimonio de la historia cristiana, sino también un símbolo de resistencia y esperanza. La Fiesta de la Cruz, celebrada cada 14 de septiembre, es un reflejo de la devoción de sus habitantes y de su compromiso por preservar sus tradiciones a pesar de los desafíos que han enfrentado.
Maaloula, 14 sep (SANA) En el corazón de las montañas sirias, la histórica ciudad de Maaloula, uno de los últimos bastiones del arameo antiguo, conmemora la Fiesta de la Cruz, una celebración que entreteje profundas dimensiones espirituales, históricas y culturales con un legado de 17 siglos. La festividad, arraigada en la memoria del descubrimiento de la Santa Cruz por Santa Elena, madre del emperador Constantino, se vive con fervor popular a través de hogueras encendidas en las cimas de las montañas, himnos que resuenan en plazas y callejones, y el lumbre de velas que ilumina el ambiente magico
Orígenes históricos de la celebración
La conmemoración de la Fiesta de la Cruz tiene sus raíces en un acontecimiento del siglo IV d.C. La leyenda narra que, tras la visión de la cruz en el cielo y una victoria militar decisiva, el emperador Constantino envió a su madre, Helena, a Jerusalén en busca de la cruz. Según la tradición, esta fue descubierta bajo un templo pagano. Un incidente notable involucró a San Macario, obispo de Jerusalén, quien utilizó tres cruces halladas para identificar la verdadera, reviviendo a un difunto al tocarlo con la cruz de Cristo. Así, los Padres de la Iglesia instituyeron la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre del año 326 d.C.
El simbolismo de las hogueras se remonta a una antigua señalización militar: cuando los soldados encargados de la búsqueda encontraron la cruz en Jerusalén, encendieron fuegos que se propagaron hasta Constantinopla, anunciando la trascendental noticia a través del Imperio Romano
Tradiciones y rituales en Maaloula
Maaloula, con su identidad aramea singular, ha preservedo esta festividad durante más de 1600 años. Los preparativos inician a principios de septiembre con los “Jóvenes de la Cruz”, un grupo de jóvenes y niños mayores de diez años que asumen la preservación de estas arraigadas tradiciones.
La celebración en Maaloula implica desfiles por la Ciudad Vieja y ascensos a las cumbres montañosas, precedidos por bendiciones y oraciones sacerdotales. El aire se llena de recitaciones de poemas en árabe y arameo, entonados por los lugareños para glorificar la cruz, honrar a Santa Elena y al emperador Constantino.
El folclore local asocia la albahaca con el lugar donde se encontró la Santa Cruz. Además, el trigo, hervido en una olla grande sobre leña.Los granos adquirien una dimensión festiva que evoca la magnitud de la Resurrección ua que es sembrados, cosechados en abundancia y distribuido.
Se cree, además, que Santa Elena pasó por Maaloula en su viaje de regreso de Jerusalén, recomendando la construcción de la Iglesia del Arrepentimiento en la ciudad, lo que refuerza su conexión histórica y espiritual con la festividad.
Maaloula no solo es un testimonio de la historia cristiana, sino también un símbolo de resistencia y esperanza. La Fiesta de la Cruz, celebrada cada 14 de septiembre, es un reflejo de la devoción de sus habitantes y de su compromiso por preservar sus tradiciones a pesar de los desafíos que han enfrentado.
La celebración no solo une a la comunidad cristiana, sino que también atrae a visitantes de diversas creencias, quienes se sienten atraídos por la belleza de sus paisajes y la profundidad de su cultura.
Watfeh Salloum