Damasco, 9 dic (SANA) La presencia del flebótomo, un insecto diminuto de tonalidad amarillenta, se ha convertido en uno de los principales desafíos sanitarios en Siria tras el fin de la guerra. La destrucción masiva y la acumulación de escombros han generado condiciones óptimas para la reproducción de este vector.
Según explicó el profesor del Departamento de Zoología, Ahmed Al-Lahim, las zonas devastadas ofrecen humedad, grietas y refugios ideales para el depósito de huevos, lo que ha provocado un incremento sostenido en la población de estos insectos.
Picaduras pequeñas, secuelas duraderas
Las picaduras del flebótomo son especialmente dolorosas y pueden originar úlceras persistentes que, en muchos casos, dejan cicatrices permanentes. Su peligrosidad aumenta al ser transmisor de la leishmaniasis, enfermedad que adquiere al alimentarse de animales infectados como roedores, perros o gatos y que luego transmite a los seres humanos.

Clima extremo y destrucción: un entorno propicio para el vector
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indicó que el aumento de temperaturas y la modificación de los patrones de lluvia han prolongado la actividad del flebótomo, incrementando el riesgo de contagio. Las inundaciones estacionales crean focos húmedos adecuados para la reproducción, mientras que la pérdida de vegetación ha acercado la presencia del insecto a zonas habitadas.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en Siria el diagnóstico aún depende del examen microscópico tradicional y que la limitada disponibilidad de suministros y los elevados costos dificultan la atención médica.
La guerra obstaculiza los programas de control
Desde 2013, los esfuerzos de control se han visto comprometidos debido a las dificultades de acceso a muchas áreas. Informes de Naciones Unidas señalaron que los equipos médicos enfrentaron importantes obstáculos para transportar medicamentos y realizar campañas de fumigación. Incluso en zonas relativamente seguras, el daño a la infraestructura y a los sistemas de alcantarillado ha favorecido la multiplicación de criaderos.
Asimismo, los campamentos de desplazados ofrecen condiciones especialmente favorables para el flebótomo, debido al hacinamiento y la falta de servicios sanitarios, lo que ha impulsado el aumento de infecciones.
Tecnologías biológicas para identificar el vector y el parásito
Un equipo de investigación dirigido por el profesor Al-Lahim empleó análisis de ADN para identificar los parásitos transmitidos por el flebótomo. Los resultados confirmaron la presencia de dos especies principales:
Leishmania tropica, asociada al entorno urbano.
Leishmania major, vinculada a áreas rurales.
El equipo también determinó las especies de flebótomos responsables de transmitir cada tipo, utilizando técnicas que forman parte de los programas académicos desde 2005.
Respuesta sanitaria bajo presión
Los equipos del Ministerio de Salud continúan atendiendo casos mediante centros especializados y clínicas móviles, aunque la demanda supera con frecuencia la capacidad disponible. En Alepo, la destrucción generalizada ha favorecido la aparición de numerosos focos, situando a la región entre las más afectadas del país.
La leishmaniasis no solo deja lesiones cutáneas, sino también secuelas psicológicas y sociales, especialmente en niños y mujeres cuando las marcas afectan el rostro.
Hacia nuevas estrategias: microorganismos como herramienta de control
Al-Lahim trabaja en posibles enfoques biológicos para combatir el flebótomo, inspirados en investigaciones sobre mosquitos domésticos portadores de la bacteria Wolbachia, conocida por alterar los patrones reproductivos y reducir la propagación de insectos.
El equipo ha logrado identificar perfiles biológicos de mosquitos y estudiar los microorganismos asociados mediante técnicas avanzadas de PCR, lo que podría apoyar el desarrollo de métodos biológicos más eficaces para controlar la reproducción del flebótomo en el futuro.
La guerra y los bombardeos en Siria no solo destruyeron hogares y obligaron a miles de familias a vivir en campos improvisados, sino que también crearon las condiciones perfectas para la proliferación de flebótomos. En medio del desplazamiento, la falta de saneamiento y el hacinamiento, los sirios se encontraron expuestos a una nueva amenaza: la expansión de la leishmaniasis. Así, a las pérdidas humanas y materiales se sumó una crisis sanitaria que golpea con mayor fuerza a quienes ya habían sido forzados a abandonar todo. La epidemia de flebótomos se convierte así en otra consecuencia silenciosa del conflicto, que prolonga el sufrimiento de una población que aún lucha por sobrevivir.
Por watfeh Salloum