Damasco, 27 dic (SANA) La vestimenta tradicional kurda, con sus colores vibrantes, prendas sueltas y adornos de oro, refleja la historia, la cultura y el entorno natural de los kurdos, un pueblo que habita en el norte y nordeste de Siria. Este atuendo, utilizado hoy principalmente en ocasiones especiales, ha sido durante siglos un elemento distintivo que mantiene su diseño y color a pesar de los cambios sociales y políticos.
El traje kurdo se considera esencial en la vida cultural de la comunidad, cada hombre y mujer debe poseer al menos un atuendo, especialmente para celebraciones nacionales y festividades como el Nowruz, que marca el inicio del año kurdo el 21 de marzo. Su uso en eventos alegres se debe a sus colores llamativos, bordados intrincados y telas lujosas.
Atuendo masculino
El vestuario masculino se clasifica principalmente en dos estilos. El primero, denominado Peshm y Berkiz, es común entre los kurdos de Türkiye, Siria y partes de Iraq. Consta de una chaqueta y un pantalón holgados del mismo color, acompañados de una tela llamada Shutik alrededor de la cintura y un tocado llamado Jamdani.
Estas prendas se confeccionan exclusivamente en sastrerías con lana de oveja y cabra, y sus colores tradicionales incluyen negro, blanco, azul, marrón y gris.

El segundo tipo, denominado Kurtak wa Sarwal, es más frecuente entre los kurdos de Irán e Iraq. Este conjunto incluye chaqueta, pantalón, cinturón y capucha, y se caracteriza por la variedad de telas y colores, así como por diseños más diversos en las chaquetas, mientras que los pantalones conservan patrones tradicionales.
Vestimenta femenina: brillo y color
Los vestidos femeninos kurdos se distinguen por su resplandor y la intensidad de sus colores, que reflejan la riqueza cultural de la región. El atuendo tradicional suele incluir vestido se llama dishdasha larga hasta el suelo con mangas extendidas terminadas en colas cónicas llamadas fqiyana. Esta prenda se confecciona con telas ligeras y transparentes, bordadas con motivos minuciosos y escamas metálicas brillantes.
Debajo de la dishdasha, se usa una camiseta interior de seda que sirve de fondo reflectante, ahora más ajustada para seguir las tendencias modernas de la moda.
Sobre la prenda principal, las mujeres visten una chaqueta corta sin mangas, completamente decorada con miniaturas y escamas metálicas, que en invierno se reemplaza por una chaqueta larga con mangas largas, coordinada cuidadosamente con el resto del atuendo.
Los pantalones largos con mangas estrechas completan el conjunto, confeccionados en seda brillante que armoniza con la dishdasha y la chaqueta, creando un efecto visual similar al de un mosaico artístico.
Adornos de oro y simbolismo social
En ocasiones especiales, en particular, entre mujeres de familias adineradas, la vestimenta se complementa con cinturones de oro de más de 10 centímetros de ancho y sombreros bordados con monedas de oro, sostenidos por cadenas que realzan la figura y la elegancia. Algunas piezas incluyen cilindros de oro hueco separados por monedas de 24 quilates, reflejando la riqueza y el estatus social de sus portadoras.
El vestido kurdo no solo es una expresión de estética y moda, sino también un símbolo de identidad nacional y un legado cultural que combina tradición, historia y arte. A través de sus colores, tejidos y adornos, este atuendo continúa siendo un emblema distintivo de los kurdos, preservando siglos de costumbres y celebraciones que fortalecen la cohesión cultural del pueblo.
Por Watfeh Salloum



