Damasco, 1 dic (SANA) La Biblioteca Nacional de Damasco, una de las instituciones culturales más destacadas de Siria, alberga una vasta colección de manuscritos y libros raros que constituyen una memoria intelectual y patrimonial que se extiende a lo largo de siglos.
Los manuscritos ocupan un lugar central en la labor de la biblioteca, pues representan una fuente primaria del conocimiento histórico, cultural y científico del país. Su preservación y digitalización se han convertido en una prioridad, a fin de garantizar la continuidad de este legado y protegerlo de daños o deterioro.
Departamento de Manuscritos: custodio del patrimonio en la era digital
En declaraciones a SANA, la directora del Departamento de Manuscritos, Fatima Darwishah, explicó la naturaleza del trabajo que realiza la institución y los mecanismos adoptados para preservar, mantener y poner este patrimonio a disposición de investigadores en un contexto de creciente digitalización.
El departamento está compuesto por dos secciones principales: Preservación y Catalogación del Patrimonio, integradas en un sistema de gestión especializado en manuscritos y materiales científicos y culturales.
La Sección de Preservación gestiona manuscritos y libros raros en almacenes especialmente acondicionados, con temperatura constante cercana a los 18 °C y un nivel de humedad de entre 54 % y 56 %. Asimismo, colabora con la Dirección de Restauración y Fotografía cuando los manuscritos requieren trabajos de reparación o documentación gráfica.
La Sección de Catalogación del Patrimonio se encarga de clasificar manuscritos y discos digitales, además de preparar e imprimir catálogos que facilitan a los investigadores un acceso ordenado a los fondos patrimoniales.
Fondos de manuscritos y libros raros
Según Darwishah, la colección de la biblioteca incluye unos 19.400 manuscritos y 3600 libros raros. A través de la Sala de Manuscritos, los investigadores pueden consultar catálogos especializados e imágenes digitales, lo que evita la manipulación directa de los originales.
Entre las piezas más antiguas se encuentran:
- Un manuscrito de preguntas dirigidas al imán Ahmad ibn Hanbal, que aunque sin fecha explícita de copia, contiene un certificado fechado en el año 266 d. H., lo que indica una copia anterior a esa fecha.
- Un manuscrito de Descripción del Fuego del Infierno, de Ibn Abi al-Dunya, fechado en 310 d. H..
- Páginas del Sagrado Corán escritas en pergamino de gacela del siglo II d. H.
- Una copia comentada del Diwan de Al-Farazdaq, fechada en 331 d. H.
La biblioteca conserva igualmente valiosos manuscritos reales, entre ellos El Árbol Mahoma, de Al-Jawani, encargado por el sultán Saladino en 645 d. H., y La Letanía Más Grande y la Más Magnífica, de Mulá Ali al-Qari, una lujosa copia dorada que destaca por la precisión de su ejecución y ornamentación.
Clasificación, digitalización y acceso
Darwishah señaló que la biblioteca dispone de un sistema digital de clasificación temática que facilita la búsqueda de manuscritos según áreas de especialización. La totalidad de la colección ha sido digitalizada y está disponible para los investigadores mediante procedimientos que garantizan la protección del material original.
La institución ofrece sus servicios a investigadores dentro y fuera de Siria mediante la reproducción fotográfica del material solicitado. También se ha desarrollado una plataforma electrónica interna para consultar copias digitales, y se estudia la posibilidad de ampliar el acceso externo bajo estrictas medidas de seguridad.
Cooperación científica y desafíos técnicos
La biblioteca mantiene relaciones de cooperación con centros internacionales especializados en manuscritos, como el Centro Juma Al-Majid y el Centro Al-Babtain. La administración trabaja actualmente en revitalizar estos vínculos y en intercambiar imágenes digitales con investigadores de dentro y fuera del país.
Entre los desafíos más apremiantes se encuentran la escasez de recursos financieros y la falta de equipos modernos necesarios para la preservación, restauración y digitalización, así como la necesidad de sistemas especializados que garanticen altos estándares de protección para los manuscritos.
Planes para fortalecer la seguridad y protección del patrimonio
En cuanto a las medidas de seguridad, Darwishah destacó los esfuerzos por dotar al departamento de cajas fuertes electrónicas ignífugas y sistemas de protección mediante gases seguros, así como la finalización de un proyecto que permite a los usuarios acceder a copias digitales organizadas y protegidas, sin manipular los originales.
Subrayó que el valor patrimonial de los manuscritos impresos continúa siendo insustituible y que la digitalización constituye un medio de protección y acceso, no un reemplazo del soporte material.
Asimismo, instó a los propietarios de manuscritos privados a entregarlos a la biblioteca para su preservación y documentación, y destacó el papel esencial de los medios de comunicación en fomentar una cultura nacional de protección del patrimonio escrito.
Un mensaje para las nuevas generaciones de investigadores
Para concluir, Darwishah dirigió un mensaje a los jóvenes investigadores del campo de los manuscritos, recordando que este patrimonio constituye una responsabilidad colectiva que exige dedicación y constancia. Reafirmó que la Biblioteca Nacional continúa trabajando para ofrecer todas las facilidades necesarias a quienes contribuyen a rescatar y estudiar la riqueza cultural e histórica de Siria.
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