Damasco, 3 nov (SANA) El Monasterio de Mar Taqla es una de las comunidades monásticas más antiguas del Levante, con orígenes que se remontan al siglo IV d. C.. Situado en la pintoresca localidad de Maloula, a unos 56 kilómetros al norte de Damasco y a una altitud de 1.500 metros sobre el nivel del mar, este monasterio constituye un importante centro espiritual y cultural de Siria.
Maloula, la aldea donde aún se habla arameo
El pequeño pueblo de Maaloula es reconocido mundialmente por conservar una lengua milenaria: el arameo, idioma que, según la tradición, hablaba Jesucristo. Este rasgo convierte a la localidad en un verdadero tesoro lingüístico y cultural, donde la fe y la historia se entrelazan en la vida cotidiana de sus habitantes.

Arquitectura y espacios del monasterio
El monasterio alberga una gran iglesia, renovada hace aproximadamente sesenta años, además de un museo y dependencias destinadas a la acogida de visitantes. Estos espacios reflejan la importancia que el recinto ha tenido a lo largo de los siglos como lugar de oración, aprendizaje y encuentro entre culturas.
Restauración y conservación del patrimonio
En la actualidad, el complejo monástico se encuentra en proceso de restauración y ampliación, con obras destinadas a preservar su valioso patrimonio histórico y mejorar la experiencia de los peregrinos. Los trabajos buscan mantener la esencia arquitectónica original, al tiempo que se adaptan a las necesidades contemporáneas de quienes visitan este espacio sagrado.
El desfiladero de Mar Taqla: naturaleza y fe
Muy cerca del monasterio se encuentra el desfiladero de Mar Taqla, un paso natural de gran belleza paisajística que, según la tradición, fue abierto milagrosamente para proteger a Santa Tecla, discípula del apóstol Pablo. Este entorno natural complementa el valor espiritual del monasterio, convirtiéndolo en un lugar ideal para la reflexión y el recogimiento.

Símbolo de fe y convivencia religiosa
El Monasterio de Mar Taqla no solo es un sitio de devoción religiosa, sino también un símbolo de perseverancia cultural y fe ancestral que caracteriza a las comunidades del Levante.
Además, se ha convertido en un punto de encuentro para peregrinos cristianos y musulmanes, que acuden en busca de bendiciones y sanación espiritual. Esta convivencia pacífica refleja el espíritu de tolerancia y respeto que ha distinguido históricamente a la región.
Por Esraa Dubian/ fm




