Damasco, 20 sep (SANA) Cada septiembre, los hogares sirios se sumergen en un ritual lleno de tradición, trabajo comunitario y recuerdos familiares: la preparación del mouneh (abastecimiento). Estas provisiones, esenciales para afrontar el invierno, constituyen una parte fundamental del legado culinario del país.
Transmitida de generación en generación, esta costumbre incluye la elaboración de productos como el makdous (berenjenas rellenas), el kishk (fermentado de yogur y bulgur) y diversas melazas a base de tomate, pimiento o granada.
Un legado que conecta generaciones

Sara Al-Shamali, residente de Damasco, compartió con SANA: “Llevo más de sesenta años preparando kishk, melazas y makdous, siguiendo las enseñanzas de mi madre y siempre en compañía de mis hijos. Estos rituales son la herencia que nos une como familia”. Para muchas familias sirias, septiembre se convierte en un mes especial que trae consigo sabores y técnicas ancestrales.
Cada receta preserva su autenticidad original, transmitida de manera oral, y marca un hito especial en la tradición doméstica siria.
Del fogón a la despensa: el arte detrás del mouneh

El proceso de elaboración varía según el producto. Al-Shamali explicó que el makdous exige cocinar pequeñas berenjenas, exprimirlas ligeramente y rellenarlas con una mezcla de nueces, ajo, pimiento seco y sal. Luego se conservan en aceite hasta que desarrollan su sabor distintivo.
En cuanto al kishk, se combina bulgur seco molido con yogur para dejarlo fermentar. Su preparación culmina con una cocción lenta que resulta en una pasta densa y nutritiva.
Las melazas requieren cocinar progresivamente tomates, pimientos o jugo de granada hasta alcanzar una textura concentrada. “Es crucial encontrar el equilibrio entre la acidez y el dulzor”, comentó Al-Shamali.
Adaptaciones motivadas por la economía
Frente a las limitaciones económicas, algunas familias reinventan las recetas tradicionales. Souad Hawari, ama de casa, explicó que reemplaza las nueces por pistachos o combina aceite de oliva con aceite de girasol para reducir costos sin renunciar a este importante hábito cultural.
El mouneh como recurso económico
Más allá de su significado cultural, la preparación del mouneh se ha convertido en una oportunidad económica para muchos hogares. En vista de los desafíos financieros actuales, algunas familias venden sus productos en mercados locales o los promocionan a través de redes sociales.

Rawaa Abboud señaló que comercializa berenjenas encurtidas, pastas de tomate y pimiento como una alternativa para generar ingresos adicionales. “Esto nos permite cubrir los gastos del hogar sin perder nuestras raíces”, subrayó.
Adnan Tanbakji, el presidente de la Asociación de Costumbres y Patrimonio Auténticos, mencionó que la tradición del mouneh ha perdurado durante siglos en Siria. Aunque presenta adaptaciones en función de las regiones y condiciones económicas de cada familia, el ritual continúa siendo universalmente reconocido.
Un patrimonio ancestral adaptado al presente
“La elaboración del makdous forma parte del alma de cada hogar sirio. El aroma del aceite mezclado con nueces y pimienta evoca memorias familiares”, afirmó.

Estos rituales no solo mantienen viva la identidad cultural del país, sino que también reflejan la fortaleza y creatividad del pueblo sirio frente a los retos sociales y económicos actuales.
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