El pan tanoor es uno de los símbolos más destacados del patrimonio rural en la costa siria, donde el sabor de la arcilla se funde con el aroma de la leña para contar una historia de calidez inolvidable.
Latakia, 1 sep (SANA) El pan tanoor sigue siendo un símbolo del patrimonio rural de la costa siria, combinando el sabor del pasado con la calidez del presente, formando parte de la identidad cultural y social que refleja la sencillez de la vida en los pueblos sirios.
Amer, propietario de un local donde se hace el pan tandoor en la carretera de Kasab, en la provincia de Latakia, relata su experiencia de más de 25 años. Destacó que esta profesión, heredada de su madre, no es solo una fuente de sustento, sino un espacio diario para renovar los lazos de amistad y amor entre la gente, especialmente con la creciente demanda turística.
Rituales de la masa, un recuerdo inolvidable
Amer recuerda los rituales de preparación, donde las mujeres se reunían para preparar la masa y el relleno, mientras los niños esperaban con ansias su primer pastel, en un ambiente familiar que rezumaba nostalgia y sencillez.
Destaca la importancia de enseñar este oficio a los niños, dados sus valores inherentes y su papel complementario en el fomento del turismo rural.

Aroma del Pasado, una nostalgia que nunca se desvanece
Por su parte, Remi Saleh, maestro de escuela del pueblo de Balloura, cree que hornear pan tanoor evoca recuerdos de la infancia y dulces reuniones familiares. Enfatiza la necesidad de preservar esta profesión y presentar a las nuevas generaciones sus rituales, que celebran el patrimonio y encarnan el espíritu del campo sirio.
El pan tanoor es uno de los símbolos más destacados del patrimonio rural en la costa siria, donde el sabor de la arcilla se funde con el aroma de la leña para contar una historia de calidez inolvidable.

Durante décadas, el tanoor ha sido un punto de encuentro diario para los aldeanos, quienes se reúnen a su alrededor para intercambiar historias y preparar pasteles en un ambiente de intimidad y cariño.
A pesar del desarrollo de los métodos modernos de horneado, el tanoor aún conserva su encanto especial, evocando recuerdos de la infancia y reuniones familiares.
Hoy, este patrimonio recupera su lugar en el panorama turístico y cultural, un testimonio de la autenticidad y el buen espíritu del campo sirio.
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