A medida que las tensiones crecen en Gaza, Líbano y Siria, la posibilidad de que otros frentes se abran en Irak y Yemen parece cada vez más probable. El objetivo de desmantelar este frente unido y enfrentar a cada actor por separado es una estrategia que el enemigo está tratando de implementar con el apoyo de sus aliados, pero el Eje de Resistencia está demostrando una unidad sorprendente, lo que complica los planes de sus adversarios.
Damasco, 30 nov (SANA) En las últimas semanas, Siria se ha visto nuevamente sumida a una escalada terrorista por las continuas agresiones israelíes y el creciente involucramiento de grupos terroristas apoyados por actores regionales.
La agresión israelí no solo busca destruir la resistencia en Gaza y Líbano, sino que también tiene como objetivo fragmentar el Eje de Resistencia que fue el pilar de la oposición a las políticas agresivas de Occidente en Oriente Medio.
A medida que esta guerra se intensifique, Siria se convierte un campo de batalla clave en el que se libran luchas políticas, militares y geopolíticas de enorme trascendencia.
La agresión israelí y la respuesta en el frente sirio-libanés
La última serie de agresiones israelíes golpeó duramente las fronteras sirio-libanesas, con el objetivo de destruir las líneas de suministro a Hezbolá.
Entre los puntos atacados se encuentran cruces fronterizos estratégicos como “Al-Dabbousiya”, “Jouseih” y “al-Qamar”, además de instalaciones militares sirias en el oeste de Homs.
La justificación de “Israel” para estos ataques, según sus autoridades, es la de neutralizar los convoyes de armas que, según ellos, cruzan desde Siria hacia Líbano, reforzando a la resistencia de Hezbolá contra su ocupación.
Sin embargo, la realidad sobre el terreno revela un patrón de agresión más amplio, cuyo objetivo final parece ser la destrucción total de las estructuras de resistencia en la región, empezando por Gaza y Líbano.
Este escenario se complicó aún más cuando “Israel”, en boca de su primer ministro Benjamín Netanyahu, amenazó explícitamente a Siria con más agresiones si continúa su apoyo a Hezbolá.
La amenaza fue seguida por una agresión real, que se tradujo en la muerte de seis personas en el lado sirio de la frontera con el Líbano, incluidas cuatro víctimas civiles y dos militares sirios.
La coordinación entre “Israel” y los grupos terroristas
Lo más preocupante es la creciente coordinación entre las fuerzas israelíes y grupos terroristas que operan dentro de Siria. En las últimas semanas, diversos grupos terroristas, como “Hayat Tahrir al-Sham” (con ideología de Al Qaeda), con el respaldo del llamado “Ejército Nacional” creado y financiado por Turquía, lanzaron ataques simultáneos contra posiciones del ejército sirio en el norte, especialmente en la zona de Alepo.
Estos ataques fueron violentos, siendo considerados los más intensos desde 2020, y reflejan una alineación de intereses entre el sionismo israelí y los grupos terroristas que buscan desestabilizar la región.
El ataque a las aldeas de Alepo y las falsedades sobre la presencia de Hezbolá en la zona muestran una clara estrategia de propaganda por parte de los grupos terroristas, que buscan alinearse con la narrativa israelí.
Estos ataques, aunque inicialmente exitosos, fueron repelidos por el ejército sirio, que rápidamente tomó la iniciativa, lanzando contraataques y destruyendo las bases y almacenes de armas de los terroristas en las áreas de Idlib, Hama y Alepo.
La larga mano de “Israel” y las implicaciones regionales
Estas agresiones israelíes están dirigidas a un objetivo mucho más ambicioso: la fragmentación del Eje de Resistencia, una coalición que incluye a Siria, Líbano (a través de Hezbolá), Irán e Irak.
La destrucción de este frente unido es vista como una prioridad estratégica tanto para “Israel” como para sus aliados en Occidente.
El ataque a las infraestructuras sirias y la reactivación de grupos terroristas en el norte de Siria son, en última instancia, intentos por debilitar esta alianza y, por ende, la capacidad de Siria y sus aliados de resistir las políticas expansionistas israelíes.
No obstante, la respuesta de Siria ha sido firme. En varios frentes, las fuerzas sirias han logrado contrarrestar los ataques terroristas, utilizando artillería pesada, misiles y cazas para destruir las concentraciones de estos grupos.
El ejército sirio lanzó una serie de operaciones para retomar el control de áreas estratégicas en el norte, mientras las fuerzas aéreas sirias y rusas realizan ataques coordinados para desmantelar las redes terroristas en el este de Idlib y el oeste de Alepo.
La lucha es feroz, pero el ejército sirio parece haber logrado recuperar terreno y mantener la iniciativa.
La Turquía de espectadora: implicaciones en el norte de Siria
Un aspecto interesante de la situación es la postura de Turquía, que, aunque sigue ocupando partes del norte de Siria, se mostró como un espectador pasivo ante los recientes enfrentamientos.
Esta actitud, sin embargo, no significa inactividad. Turquía tiene intereses estratégicos en el norte de Siria, y su implicación es obvia.
Implicaciones para el futuro del Eje de Resistencia
El conflicto actual en Siria tiene repercusiones no solo para la estabilidad interna del país, sino para todo el Eje de Resistencia.
A medida que las tensiones crecen en Gaza, Líbano y Siria, la posibilidad de que otros frentes se abran en Irak y Yemen parece cada vez más probable. El objetivo de desmantelar este frente unido y enfrentar a cada actor por separado es una estrategia que el enemigo está tratando de implementar con el apoyo de sus aliados, pero el Eje de Resistencia está demostrando una unidad sorprendente, lo que complica los planes de sus adversarios.
La capacidad de la resistencia para anticipar las estrategias del enemigo y adaptarse a las circunstancias cambiará la naturaleza de este conflicto.
Siria, en particular, se enfrenta a la tarea más difícil, siendo el primer campo de batalla donde se decidirá, en gran medida, el futuro de la resistencia en Oriente Medio.
Por Ammar Al-Hammoud/fm