Intercambio de acusaciones, lonas gigantes colocadas en Madrid y otras ciudades de España y tonos muy subidos con foco en los votantes, agriaron la campaña hasta niveles insólitos, deslizándose con frecuencia las medias verdades o datos falsos para desbarrar del contrario.
Damasco, 21 jul (SANA) Salvo imponderables de último momento o una suerte de milagro que revierta la tendencia, la derecha regresará al poder en España en las elecciones del próximo domingo.
Parece un hecho que el conservador Partido Popular (PP) retomará las riendas del Palacio de la Moncloa y la única duda es el cómo. Tendría que conseguir mayoría absoluta parlamentaria (176 escaños) para instalarse en solitario en el Gobierno.
Sin embargo, en lo que también coinciden las encuestas y los analistas políticos, que el PP deberá en última instancia pactar con la ultraderecha de Vox, un partido negacionista del cambio climático, la violencia de género y hasta de la agenda 2030 de Naciones Unidas.
Incómodo socio que ya comparte administraciones en las Comunidades de Valencia, muy recientemente, y Castilla y León, y que además quiere volar en pedazos la Ley de Memoria Democrática desconociendo las atrocidades del franquismo, desconoce los anhelos de independencia de algunas regiones y fustiga la inmigración ilegal.
Alberto Núñez Feijóo, político gallego de larga trayectoria, es a priori la figura que se proyecta como futuro presidente del Gobierno, si, como auguran los sondeos, el socialista Pedro Sánchez cae derrotado y tampoco Yolanda Díaz, líder del movimiento Sumar de izquierdas logra un éxito contundente.
En unas horas se dará el último debate televisivo, a tres, Sánchez, Díaz y el mandamás de Vox, Santiago Abascal. Algunos analistas señalan que la ausencia por decisión propia de Feijóo, puede servir de algo a los demás.
Otros, por el contrario, valoran el encuentro en TVE como un último cartuchazo que puede quedar en el vacío, porque a priori la suerte está echada.
Los buenos datos de la inflación difundidos este miércoles tampoco aportan demasiado. España es el segundo país de la zona euro con menor costo de vida, detrás de Alemania, pero los votantes no parecen seducidos por las estadísticas.
A esta hora, los españoles, soportando intensas olas de calor y en pleno verano, tienen la mirada en las playas y en lugares de descanso, con la política en segundo plano.
De todas formas, la batalla campal se desarrolla en ciudades y municipios españoles en la pugna por conquistar el poder que marcará los derroteros del país ibérico en los próximos cuatro años, sin límites de mandatos.
El 23 de julio, España elegirá a través de los escaños parlamentarios un nuevo gobierno o la continuidad del actual.
Intercambio de acusaciones, lonas gigantes colocadas en Madrid y otras ciudades de España y tonos muy subidos con foco en los votantes, agriaron la campaña hasta niveles insólitos, deslizándose con frecuencia las medias verdades o datos falsos para desbarrar del contrario.
Por Fausto Triana – Prensa Latina