El 6 de abril, los medios de comunicación informaron que el Pentágono estaba investigando unos materiales filtrados en las redes sociales, en los que se describía el estado de las tropas ucranianas y los planes de Estados Unidos y la OTAN para reforzarlas. The New York Times señaló que los documentos, fechados a principios de marzo, circulaban supuestamente por canales de Telegram rusos progubernamentales. Preguntado por la filtración, desde el Kremlin afirmaron que Moscú no tenía dudas sobre la implicación directa o indirecta de EEUU y la OTAN en el conflicto.
Damasco, 13 abr (SANA) Nuevos detalles revelan que la fuente de las filtraciones del Pentágono es un hombre de unos 20 años que trabaja en una base militar, es conocido por sus opiniones “oscuras” sobre el Gobierno estadounidense y se dedicó a compartir materiales secretos durante aproximadamente un año.
El 12 de abril, el periódico The Washington Post publicó un reportaje exclusivo en el que esbozó la apariencia del autor de las filtraciones y, además, reveló los detalles del acontecimiento. La información utilizada en el informe, en su mayoría, fue proporcionada por un adolescente que conoció al filtrador en Internet cuatro años antes en el seno de un servidor para fans del usuario de YouTube, Oxide.
Un segundo individuo que formaba parte de la misma comunidad online corroboró las declaraciones del adolescente bajo condición de anonimato.
Además, se facilitaron al Washington Post unas 300 imágenes de documentos clasificados, la mayoría de las cuales aún no se han hecho públicas, registros de chats y una grabación de audio que capta a la fuente de las filtraciones hablando con sus compañeros.
En uno de los videos vistos por el medio, al parecer se veía al autor de la filtración en el campo de tiro, gritando insultos racistas y antisemitas antes de disparar su arma de fuego.
El adolescente relató al medio que el año pasado el filtrador, identificado en el artículo como OG, comenzó inicialmente a escribir sus propios informes de la información clasificada y a compartirla regularmente en su propio chat de grupo más pequeño durante un período de varios meses. También aprovechaba la oportunidad para enseñar al grupo la jerga militar y de los servicios de inteligencia para que entendieran de que trataban dichos informes.
Explicó que mientras el chat se convertía en un refugio pandémico lleno de memes y chistes ofensivos, OG utilizaba la plataforma para mantener a los usuarios “al tanto” de los asuntos mundiales y las operaciones del Gobierno.
Durante el invierno fueron difundidos cientos de documentos, que, como afirmaba el filtrador, fueron adquiridos mientras trabajaba “en una base militar”, procede el artículo.
Sin embargo, como OG se cansó de que sus informes fueran dejados de lado en el chat, finalmente optó por compartir cientos de fotos de los documentos clasificados en su lugar. “Se enfadó y afirmó en múltiples ocasiones: si no vais a interactuar con ellos, voy a dejar de enviarlos”, declaró el adolescente.
“Fui una de las pocas personas del servidor capaz de entender que estos [documentos] eran legítimos”, recuerda la adolescente. “Me sentí como si estuviera en la cima del Everest… Sentía que, en cierta medida, estaba por encima de los demás y que… sabía cosas que ellos no sabían”, indicó.
Aunque los miembros eran conscientes de que la información compartida no estaba destinada a ojos ajenos, las fotos compartidas por OG pasarían inevitablemente a otro grupo en línea sin que lo supiera el llamado grupo “unido” de amigos. Se observó que los documentos habían sido compartidos por otro adolescente.
De este modo, cientos de documentos de alto secreto se hicieron para miles de usuarios del Discord, y tardaron un mes entero para llamar la atención de las autoridades estadounidenses.
No fue hasta que The New York Times publicó su primer informe sobre las filtraciones del Pentágono cuando OG comenzó a preocuparse por sus acciones. El adolescente citado por The Washington Post describió a OG como si hubiera estado “frenético”, añadiendo que “parecía muy confuso y perdido en cuanto a qué hacer”.
“Es plenamente consciente de lo que está ocurriendo y de las consecuencias que puede tener”, afirma el menor. “Simplemente, no está seguro de cómo resolver esta situación. … Parece bastante angustiado por ello”, añadió.
Sin embargo, el adolescente se abstuvo de comparar a OG con el denunciante Edward Snowden. “Definitivamente, no le llamaría denunciante”, comentó el adolescente. “No llamaría a OG un delator en lo más mínimo”.
En uno de sus últimos mensajes, OG declaró al grupo online que “mantuvieran un perfil bajo y borraran cualquier información” que pudiera relacionarles con él. El adolescente afirmó además que no tenía intención de revelar la verdadera identidad de OG ni su ubicación, ya que era su “mejor amigo”.
El 6 de abril, los medios de comunicación informaron que el Pentágono estaba investigando unos materiales filtrados en las redes sociales, en los que se describía el estado de las tropas ucranianas y los planes de Estados Unidos y la OTAN para reforzarlas. The New York Times señaló que los documentos, fechados a principios de marzo, circulaban supuestamente por canales de Telegram rusos progubernamentales. Preguntado por la filtración, desde el Kremlin afirmaron que Moscú no tenía dudas sobre la implicación directa o indirecta de EEUU y la OTAN en el conflicto.
Fuente: Sputnik