La base de datos de tiroteos escolares K-12, que rastrea tales hechos desde 1970, advirtió que sucedieron tres casos en los que el sospechoso tenía apenas seis años de edad: en 2000, 2011 y 2021.
Esta nueva página pasa a los récords de una nación que parece acostumbrada a la constante violencia con armas de fuego y donde los propios presidentes admiten que se trata de una epidemia que desangra al país y la cual, pese a intentos, no logran ponerle freno.
Damasco, 17 ene (SANA) Un distrito escolar del estado norteamericano de Virginia (sureste) instalará detectores de metales en las escuelas tras el triste espisodio de un niño de seis años que disparó a su maestra con un arma de fuego.
La junta escolar anunció que comprará 90 detectores de metales que se colocarán en todos los centros de enseñanza de la demarcación con prioridad para la Escuela Primaria Richneck, de la ciudad de News, donde ocurrió el lamentable incidente el pasado 6 de enero.
Además de los “detectores de última generación”, el distrito reforzará los protocolos sobre el manejo de la violencia escolar, lo que incluye la implementación de una parada de seguridad y la revisión de los registros de conducta y disciplina de los alumnos.
La pistola de nueve milímetros que utilizó el menor la compró legalmente su madre, dijeron las autoridades, al informar sobre el suceso.
Según el reporte, el superintendente de Newport News, George Parker III, el niño de primer grado acusado del tiroteo llegó a la Escuela Primaria Richneck y registraron su mochila después de un aviso de que portaba un arma; sin embargo, nada hallaron, porque la llevaba oculta entre sus ropas.
Determinamos a través de nuestra investigación que un empleado de la escuela fue notificado de una posible arma de fuego en Richneck Elementary antes de que ocurriera el tiroteo y que el Departamento de Policía de Newport News no fue notificado de ello antes del incidente, comentaron las autoridades.
Horas más más tarde el pequeño le propinó un balazo en el pecho a la maestra Abigail Zwerner, de 25 años, quien recibió una herida potencialmente letal, pero se recupera en un hospital local.
“Lo que sabemos (…) es que ella estaba dando su clase. Él sacó el arma de fuego, le apuntó a la maestra y le disparó una vez”, declaró entonces el jefe de policía de Newport News, Steve Drew.
Para los miembros de la comunidad y los funcionarios la inquietante pregunta de ¿cómo obtuvo el niño acceso a un arma de fuego cargada? necesita una respuesta urgente.
El alcalde de Newport News, Phillip Jones, expresó a la CNN que no hay explicación aún a “cómo un niño de seis años pudo tener un arma (y) saber cómo usarla en tal manera deliberada…” y prometió que «los individuos responsables tendrán que responder».
Indican medios locales que los dueños de armas de fuego pueden ser procesados bajo una ley de Virginia que prohíbe que una persona negligentemente la deje cargada y sin asegurar de manera que ponga en peligro la vida o las extremidades de los menores de 14 años.
Violar esa ley se considera un delito menor, punible con una sentencia máxima de un año de cárcel y una multa máxima de dos mil 500 dólares.
Cada año, cientos de niños obtienen aquí acceso a armas de fuego y se disparan a sí mismos o a otra persona sin querer, arrojó una investigación de Everytown for Gun Safety, una organización enfocada en la prevención de la violencia armada.
El pasado año hubo 301 tiroteos no intencionales por parte de niños, lo que provocó 133 muertes y 180 heridos a nivel nacional, reveló el grupo.
Resulta también muy penoso que muchas comunidades vivan bajo los efectos traumáticos de los tiroteos en las escuelas, que son extremadamente comunes en Estados Unidos a diferencia de otros países.
Solo en 2022 se registraron 60 tragedias de ese tipo en instituciones K-12 (escolarización primaria y secundaria), de acuerdo con un análisis de la televisora.
La base de datos de tiroteos escolares K-12, que rastrea tales hechos desde 1970, advirtió que sucedieron tres casos en los que el sospechoso tenía apenas seis años de edad: en 2000, 2011 y 2021.
Esta nueva página pasa a los récords de una nación que parece acostumbrada a la constante violencia con armas de fuego y donde los propios presidentes admiten que se trata de una epidemia que desangra al país y la cual, pese a intentos, no logran ponerle freno.
Fuente: Prensa Latina