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Mientras los recursos naturales de Siria sean robados tan descaradamente por bandidos extranjeros en uniformes del ejército para financiar sus respectivas agendas para el país, Siria permanecerá dividida geográficamente. Solo cuando estos fondos robados se agoten, las agendas también lo harán.
Damasco, 22 dic (SANA) El papel del ejército estadounidense en el robo del petróleo de Siria es más profundo que un simple hurto. Los fondos se utilizan para apuntalar el autogobierno kurdo y asegurar la división geográfica de Siria.
En julio de 2021, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, describió el robo de petróleo por parte de Estados Unidos de las áreas que ocupa en el este de Siria como “comportamiento de bandidos”. El mismo término fue utilizado anteriormente por el presidente sirio Bashar al-Assad y otros funcionarios en declaraciones que denunciaban la violación de la soberanía de Siria por parte de Washington.
Los medios oficiales sirios anuncian de vez en cuando sobre convoyes de camiones y camiones cisterna que transportan petróleo desde el este de la región del Éufrates hacia Iraq, bajo protección militar estadounidense y escoltados por la milicia kurda respaldada por Estados Unidos, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF).
Pero, ¿realmente EE.UU. necesita robar estas pequeñas cantidades de petróleo sirio después de que su producción se redujo de unos 360 mil barriles a menos de 90 mil barriles por día, utilizando métodos de extracción primitivos?
Más que aceite
El principal objetivo del desvío del petróleo sirio es ayudar a la Administración Autónoma Kurda del Norte y Este de Siria (AANES), protegida por más de 13 bases militares estadounidenses, a financiar sus actividades y cubrir sus necesidades locales de combustible.
También tiene como objetivo preservar el área de influencia de los EE. UU. entre Bagdad y Damasco, al mismo tiempo que asfixia al gobierno sirio y priva a la mayor población siria en el área controlada por Damasco de recursos vitales como petróleo, gas, trigo y medicina.
La propia AANES admitió que los ingresos por petróleo y gas ascendieron a unos 156 mil millones de libras sirias (156 millones de dólares) en 2019, más del 76 por ciento de sus ingresos totales en 2019. Afirmó haber gastado estos fondos en pagar los salarios de sus civiles y militares. empleados.
Según el copresidente del Consejo Ejecutivo de la AANES, Abd Hamid al-Mehbash, el número de empleados civiles supera los 120 mil, además de las fuerzas militares implicadas en las SDF.
Sin embargo, estas cifras han sido cuestionadas por una fuente del gobierno sirio que le dijo a The Cradle que “Inflar el número tiene como objetivo atraer más ayuda internacional de los países occidentales y sugerir que la administración beneficia a la población y mejora la gestión de las áreas que controla. con el apoyo de la ocupación estadounidense”.
Damasco cree que las SDF y sus patrocinadores estadounidenses no se toman en serio la búsqueda de una solución al conflicto y la restauración de la unidad de Siria, a pesar de los intentos de diálogo sirios y rusos y la continua presión militar turca .
Todavía usando los kurdos
La fuente del gobierno sirio le dijo a The Cradle que existe una creciente convicción de que las intenciones de Washington son continuar usando las divisiones kurdas y los objetivos separatistas para mantener la inestabilidad política en Siria durante muchos años, y mantener al país como rehén de las ambiciones internacionales y regionales y de la posguerra.
Según una fuente de inteligencia árabe, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuyo cuartel general se encuentra en las montañas de Qandil, cerca de la frontera entre Iraq e Irán, está a cargo del expediente petrolero sirio, del que obtiene fondos para financiar sus operaciones militares y militares. actividades administrativas.
El PKK es considerado una organización terrorista tanto por Estados Unidos como por Turquía, y es esencialmente el hermano mayor del grupo militante Unidades de Defensa del Pueblo Kurdo-Sirio (YPG).
El ejército de EE. UU. cambió el nombre de YPG en 2015, fusionándolo con el recién formado SDF, en un esfuerzo por minimizar el vínculo del grupo con el PKK y hacerlo más atractivo para los árabes locales y las minorías sirias.
En resumen, las operaciones de robo de petróleo sirio que se llevan a cabo bajo la cobertura militar de los EE. UU. benefician financieramente a una organización terrorista kurda que cotiza en la lista estadounidense. De hecho, el subsecretario de Defensa de los EE. UU., Jonathan Hoffman, ha confirmado que los ingresos del petróleo sirio no pertenecen a los EE. UU., sino a las SDF.
Esta política estadounidense de “asfixia” se reforzó en los últimos años con la opresiva ” Ley César ” del Congreso de los EE. UU ., las sanciones más amplias impuestas a Damasco hasta la fecha, que han tenido un impacto paralizante en el comercio y la economía de Siria al atacar a entidades y personas que han realizado negocios con los sectores dominados por el gobierno del país.
A los problemas de Siria se han sumado los frecuentes ataques israelíes a los puertos de Tartous y Latakia para impedir las exportaciones de petróleo, y los repetidos ataques a la refinería Homs de Siria, que es la principal refinería de petróleo crudo del país.
No hay informes oficiales precisos sobre la producción de los campos petroleros bajo el control de las SDF en el este de Siria, especialmente después de que sufrieron graves daños en las operaciones militares de la coalición internacional contra ISIS. Tampoco es posible obtener información precisa sobre los ingresos petroleros robados por las SDF, porque a los empleados del gobierno sirio se les niega el acceso a las instalaciones petroleras.
Sin embargo, el director general de los campos petroleros gubernamentales de Al-Jibsah en la gobernación de Hasakah, Ali Hassan al-Youssef, dijo a Sputnik que las fuerzas estadounidenses incautan alrededor de 2 mil metros cúbicos (12.460 barriles) por día de los campos de Jibsah, y 40 mil barriles de los campos de Jibsah. Campos de Rumailan en Hasakah, donde se encuentra uno de los campos petroleros más grandes.
¿Adónde va el petróleo?
La información proporcionada por fuentes locales en Hasakah y Deir Ezzor confirma los informes de seguridad y de los medios sirios sobre los cuatro destinos clave a los que se transporta el petróleo robado.
El primer destino está en la campiña de Deir Ezzor, en las zonas controladas por la Administración Autónoma, donde se consume la mayor parte del petróleo tras ser refinado en primitivas refinerías. El precio de la gasolina en estas zonas parte de las 210 libras sirias por litro de gasolina “subsidiada”, que es la de menor calidad, y oscila -según la calidad- desde las 410 libras hasta las 1250 libras.
El segundo destino del petróleo son las áreas ocupadas por las fuerzas turcas, con la cooperación del llamado “Ejército Nacional Sirio”, respaldado por extranjeros, e Idlib, que está controlado por Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
El petróleo crudo se transporta a estas áreas a través de varios cruces, incluido el conocido cruce de Al-Hamran, al sur de la ciudad de Jarabulus (este de Alepo). El cruce estaba bajo el control del grupo militante “Tercer Cuerpo” respaldado por Turquía, que solía recibir comisiones a cambio de permitir el paso de petróleo a Idlib, antes de que HTS tomara recientemente el control del área a través de los militantes de Ahrar al-Sham.
La empresa Al-Salam, que está afiliada a HTS, maneja las operaciones de compra y venta con la Administración Autónoma Kurda. El petróleo se vende en estas áreas a aproximadamente 5,000 libras por litro.
El tercer destino del petróleo sirio robado es el Kurdistán iraquí , a través de los cruces de Mahmudiyah y Semlakah, donde abunda el petróleo. Fuentes sobre el terreno aseguran que este aceite vuelve a entrar en las zonas bajo control de la Administración Autonómica después de haber sido refinado, para ser vendido a precios elevados.
El cuarto destino, que recibe la menor cantidad de petróleo, son las áreas bajo el control del gobierno sirio, a las que transportan combustible entre 30 y 60 camiones cisterna cada pocos días. Los precios del petróleo en estas áreas son los más altos, y el precio de un litro supera las 5 mil libras sirias o 2 dólares.
Turkiye también es una amenaza para la seguridad energética de Siria
El 30 de noviembre, el ministro de Petróleo sirio, Bassam Tohme, anunció que los ataques aéreos turcos habían causado “grandes daños” a las instalaciones energéticas del país, tras golpear una planta de gas, varios pozos de petróleo y centrales eléctricas.
Tohme dijo que el bombardeo provocó la interrupción de una planta de gas que produce 150 toneladas de gas doméstico por día, y alrededor de un millón de metros cúbicos de gas natural que se utiliza para suministrar electricidad a la gobernación de Hasakah.
Los daños sufridos en las estaciones petroleras y la quema de muchos pozos “condujeron a una gran contaminación ambiental por las explosiones de los petroleros”, explicó.
Sin embargo, los ataques turcos -que se llevan a cabo con el pretexto de luchar contra las SDF- no parecen, hasta el momento, más que un proceso disciplinario para debilitar las fuentes de financiación de la milicia kurda. No es fácil eliminar a las SDF, mientras Estados Unidos mantenga su presencia militar ilegal en Siria.
Incluso si las operaciones militares turcas logran apoderarse de nuevas tierras de Siria, como es el caso hoy en Idlib, Jarabulus y la franja fronteriza del norte, esta política solo exacerbará las divisiones existentes entre los militantes afiliados a Ankara y los afiliados a Washington, como como la Administración Autónoma Kurda.
Mientras los recursos naturales de Siria sean robados tan descaradamente por bandidos extranjeros en uniformes del ejército para financiar sus respectivas agendas para el país, Siria permanecerá dividida geográficamente. Solo cuando estos fondos robados se agoten, las agendas también lo harán.
Fuente: Almayadeen español + The Cradle
