La figura del joker o comodín en los naipes se transforma hoy en un anhelo europeo para salvar la honrilla en la Copa Mundial de Fútbol y si hay un nombre propio, ese es Francia.
Damasco, 11 dic (Prensa Latina) La figura del joker o comodín en los naipes se transforma hoy en un anhelo europeo para salvar la honrilla en la Copa Mundial de Fútbol y si hay un nombre propio, ese es Francia.
Empero, tal y como ha transcurrido el torneo, emocionante, peleado e intenso -si bien con un nivel inferior al de Rusia 2018-, a estas alturas la final pudiera llevar a la cancha del ultramoderno estadio de Lusail a Marruecos contra Argentina.
Aumentaría por una parte las sospechas en las denuncias lanzadas por futbolistas neerlandeses y portugueses de que la FIFA hace lo todo lo posible porque, por fin, Lionel Messi levante una Copa del Mundo, o daría un toque de distinción, si el 18 de diciembre vemos en Lusail a Croacia contra Marruecos.
La verdad es que Europa, tal vez no como bloque monolítico, anda en busca de un joker que le permita seguir con la supremacía de títulos en estas citas y de momento, la apuesta más fiable es la Francia de Kylian Mbappé, un enunciado que sería necesario corregir ligeramente.
A Mbappé no se puede sacar de ningún corrillo, pero dos compañeros le han hecho la vida más fácil, el armador de todo el juego de Les Bleus, Antoine Griezmann, y el veterano goleador Olivier Giroud, para soñar con reeditar la conquista del trono univ eral que ostentan.
Fuera de eso, de pronto aparece un invitado que igual que cuatro años antes, nadie daba un euro por él, Croacia, ahora con una mezcla de veteranos maravillosos (Modric, Perisic, Brozovic) y talentos consolidados o en ascenso pleno (Petkovic, Juranovic, Kovacic y el guardameta Livakovic).
Las casas de apuestas esta vez vacilarán en la duda. Para el martes 13 de diciembre, la balanza se inclina por la Argentina de Messi, aunque lo demostrado por los guerreros croatas, subcampeones vigentes creyéndoselo más que nunca, desliza interrogantes.
Francia, como monarca y por historia, se colocaría sin contratiempos en un peldaño más arriba que Marruecos para el duelo del miércoles 14 en el estadio Al Bayt.
Sin embargo, los hechos y las estadísticas señalan que los norafricanos apenas recibieron un tanto en todo el certamen y fue, por cierto, un autogol. El desgaste físico puede influir en el resultado, en los dos casos.
Será más razonable hacer una reflexión profunda y encomendarse a adivinos, chamanes y brujos, que no faltarán alrededor de la liza de Qatar.
Por: Fausto Triana
Fuente : Prensa Latina