Damasco-SANA
Al-Quds y su importancia geopolítica y geoestratégica
Al-Quds (Jerusalén) es de suma importancia tanto para el Islam – por la Mezquita Al-Aqsa, tercer lugar más sagrado para el islam – como para otras religiones como el cristianismo y el judaísmo.
Por otra parte, en 1967, después de la ocupación de los territorios palestinos, el régimen de Israel declaró a Al-Quds como su “capital eterna”.
Mientras Al-Quds puede ser un centro de contacto entre las tres religiones divinas, el régimen sionista busca judaizar y cambiar la identidad de esta ciudad a favor de sus intereses.
El día mundial de Al-Quds, en pocas palabras
El día mundial de Al-Quds, es el día de la resistencia de los pobres contra los arrogantes. El Imam Khomeini, gran líder de la Revolución Islámica de Irán decía: “En el día Al-Quds debe esclarecerse el destino de los pueblos pobres del mundo”.
Hace 66 años el territorio palestino fue invadido por el sionismo mundial gracias a un complot colonial con el apoyo de los Estados Unidos e Inglaterra, países que se autoproclaman defensores de los derechos humanos y la Democracia, prepararon el terreno para la firma de la declaración de Balfour y luego exhortaron a los judíos en Europa a emigrar y ocupar este territorio.
Palestina, cuya capital es Quds santo, es uno de los países más antiguos del medio oriente y hoy es el único país donde su pueblo originario vive cómo en una cárcel dentro de su propia patria y más de 5 millones de desplazados viven como parias en diferentes países del mundo. Es un país que lleva consigo la marca de las lesiones que deja el constante desplazamiento, masacres, genocidio y etnocidio impuesto por el Estado Sionista de Israel, desde su invasión en 1948 hasta el presente.
Este plan expansionista y colonizador cumple ya 66 años y ha sido implementado a través del exterminio, de la tortura, del encarcelamiento masivo, de la destrucción del hábitat y el medio ambiente, del uso indiscriminado contra población inerme –NO contra algún ejercito- de armas convencionales y no convencionales, de la violación de toda clase de derechos humanos, desconociendo –incluso- de forma descarada toda legislación y normas internacionales y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
A sangre, fuego y hambre el Estado Sionista de Israel orquestado con EEUU, la Unión Europea y algunos Estados Árabes, han arrebatado -durante ininterrumpidos 66 años- al pueblo soberano de Palestina sus territorios, sus recursos, sus propiedades, sus hijos; han arrasado sus escuelas, sus hospitales, sus lugares sagrados, sus fuentes hídricas. Sin lugar a dudas, todo lo que hoy heredan los jóvenes, los niños y niñas de Israel, así como lo que se sirven en sus hogares y sus mesas, está manchado de sangre palestina, es botín de esta ignominia, de este verdadero Holocausto qué ya superó con creces los límites de lo razonable e invadió el terreno del fascismo.
Al pueblo de Palestina y a todos los pueblos oprimidos del mundo, sólo les acompaña el coraje y la certeza de que por su territorio, por su historia y su presente, hasta la última gota de sangre y de aliento derramaran en la tierra que lo pario. La Dignidad es su razón de vida y lucha. ¡Esta no es una guerra ni un conflicto, esto es un genocidio, esto es un etnocidio!
M.Miri