En la escalada de guerra de cuarta generación de Estados Unidos contra Cuba dos hechos, separados por casi tres décadas, muestran semejanzas: el 5 de agosto de 1994 y el 11 de julio de 2021.
¿Coincidencias? Aunque respondieron a contextos diferentes, ambos momentos presentan similitudes en sus orígenes que evidencian la aplicación de los manuales de golpe suave cuyas estrategias también se han aplicado en contextos más allá de las fronteras de la isla caribeña.
Damasco, 06 ago (SANA) En la escalada de guerra de cuarta generación de Estados Unidos contra Cuba dos hechos, separados por casi tres décadas, muestran semejanzas: el 5 de agosto de 1994 y el 11 de julio de 2021.
¿Coincidencias? Aunque respondieron a contextos diferentes, ambos momentos presentan similitudes en sus orígenes que evidencian la aplicación de los manuales de golpe suave cuyas estrategias también se han aplicado en contextos más allá de las fronteras de la isla caribeña.
En el verano de 1994 se produjeron disturbios alrededor del mítico malecón habanero como consecuencia de la presión económica sobre la mayor de las Antillas y una operación de desinformación orquestada desde Miami.
El 11 de julio de 2021, en varias ciudades del país, se registraron hechos vandálicos y violentos alentados desde el otro lado del estrecho de la Florida, cuyos estrategas aprovecharon el escenario generado por la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense para impulsar una campaña en redes sociales llamando al alzamiento popular.
1-Presión económica
1994: Con la caída del campo socialista elementos ultraconservadores de la política estadounidense impulsaron nuevas medidas coercitivas para asfixiar la economía Cubana. En 1992 el Congreso estadounidense aprobó la ley Torricelli, la cual institucionalizó el bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana y su carácter extraterritorial.
2021: Tras la llegada al poder del republicano Donald Trump en 2017 se implementaron más de 200 medidas coercitivas unilaterales dirigidas a cortar los accesos a financiamiento, mercados y combustibles.
Por primera vez entraron en vigor los títulos III y IV de la ley Helms-Burton de 1996 para permitir el establecimiento de demandas en cortes estadounidenses contra empresas y personas de terceros países que realizaran negocios en propiedades nacionalizadas en Cuba en la década de 1960.
2- Apoyo a grupos internos para la subversión
1994 y 2021: Con un financiamiento millonario a grupos contrarrevolucionarios se construyó una oposición ficticia aupada por las transnacionales de la comunicación, pero sin ningún reconocimiento popular.
Estos sectores reciben el dinero a través de ONGs y premios internacionales, tratan de insertarse en los diversos grupos sociales del país acogiendo demandas reales para usarlas a favor de sus intereses e, incluso, llegan a pedir la intervención militar estadounidense en la isla.
3- Operación de desinformación
1994: Alrededor de las mal llamadas radio y televisión Martí se desarrolla una campaña de desinformación que mediante noticias falsas realiza convocatorias a la protesta popular y la desobediencia.
La principal línea argumental de la estrategia comunicativa es presentar una imagen de un país detenido, en ruinas y desconocer las conquistas sociales para provocar el desaliento y el odio.
2021: Se mantienen los objetivos comunicacionales pero se aplican de una manera más amplia y eficiente mediante el uso de las redes sociales.
Investigaciones del Gobierno cubano y medios y expertos independientes confirmaron que en las semanas previas al hecho se produjo una operación en las plataformas de redes sociales alrededor de la etiqueta SOSCuba.
Como parte de este hecho se articularon medios convencionales y sitios digitales y perfiles, con numerosas cuentas automatizadas ubicadas fuera del país, y el uso de herramientas tecnológicas de avanzada.
Las grandes transnacionales de la comunicación contribuyeron a construir una narrativa que descontextualizó los hechos y no menciona la implicación del gobierno de Estados Unidos en las causas de los sucesos.
4- Incumplimiento de acuerdos migratorios
1994: El gobierno de Estados Unidos utilizó la emigración como una herramienta política. Limitó la emisión de visas en su sede diplomática en La Habana y fortaleció mecanismos como la Ley de Ajuste Cubano y una campaña de comunicación para alentar la emigración irregular.
2021: Usando como pretexto incidentes de salud reportados por sus diplomáticos en La Habana, el gobierno de Estados Unidos paralizó los servicios consulares de su sede en la isla desde 2017 y mantuvo activa la Ley de Ajuste, al mismo tiempo incumplió los compromisos con Cuba para la emisión de visas.
5- Violencia
1994: Documentos desclasificados de la CIA de agosto de 1993 evidenciaron que estaba en marcha una estrategia para promover disturbios públicos y apostar por un error de las autoridades cubanas en el manejo de estos.
De acuerdo con estos documentos, posibles “errores de cálculo” de las autoridades cubanas provocarían el caos interno y pondrían en peligro la sobrevivencia de la Revolución.
2021: Las plataformas de redes sociales se inundaron de mensajes de odio para justificar la violencia de los manifestantes. El propósito fue trasladar al plano real la violencia simbólica del mundo virtual con el ánimo de provocar un enfrentamiento con las fuerzas del orden.
Estas y otras estrategias aplicadas por laboratorios de inteligencia de Estados Unidos contra la Revolución cubana también fueron implementadas en otros lugares como Venezuela, Nicaragua y la ola de protestas conocida como la Primavera Árabe.
Fuente: Prensa Latina