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Nueva York, 27 abr (SANA) El representante permanente de Siria ante las Naciones Unidas, el embajador Bassam Sabbagh, culpó hoy a las políticas destructivas y criminales de algunos países occidentales por la guerra que enfrenta el país desde hace 11 años.
Sabbagh indicó durante una sesión del Consejo de Seguridad, que estos países deben rendir cuentas por sus crímenes, y llamó al Consejo de Seguridad a cumplir con su tarea de detener y prevenir los crímenes de guerra y de lesa humanidad, empezando de inmediato con investigar los crímenes de la llamada “coalición internacional” en Raqa y Al-Baghouz en Siria.
“Estos crímenes cometidos por la llamada “coalición internacional” liderada por Estados Unidos, en la ciudad de Raqqa y la localidad de en el campo de la provincia de Deir Ezzor, llevaron a la muerte de miles de personas inocentes, incluidas mujeres y niños, y la destrucción de infraestructuras, bienes y centros públicos y privados, además de instituciones de salud y educación”, denunció el diplomático.
Responsabilizó plenamente a la administración estadounidense y sus aliados en estos ataques y crímenes cometidos por sus fuerzas.
Asimismo, Reafirmó la determinación de los sirios a continuar su lucha hasta liberar todas sus tierras ocupadas.
“La ocupación tendrá fin sin importar cuánto tiempo lleve, y esto se aplica a la presencia ilegal de las fuerzas estadounidenses y turcas en el noreste y noroeste de Siria y a la ocupación israelí del Golán sirio”, dijo el embajador.
Deploró que algunos países occidentales siguen “ensordeciendo sus oídos ante los efectos catastróficos de las medidas coercitivas unilaterales ilegales e inhumanas impuestas al pueblo sirio, que han llevado a una disminución de los indicadores económicos y de desarrollo, una disminución de las inversiones y los intercambios comerciales, el aumento de las tasas de inflación, la caída del valor de la lira y la falta de financiación necesaria para prestar los servicios”.
Estas medidas también impidieron la importación de alimentos, medicamentos y materias primas necesarias para las industrias farmacéuticas, equipos médicos, y los requisitos de producción agrícola e industrial, incluidas semillas, fertilizantes y maquinaria, lo que afectó negativamente los niveles de seguridad alimentaria”, concluyó.
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