Moscú, 28 feb (SANA) Una dictadura pura y dura, pero bien maquillada. Es lo que se vive en Occidente, donde manifestar unas opiniones que no estén alineadas con la narrativa ‘mainstream’ te convierte inmediatamente en un enemigo a batir. Un enemigo que se elimina, no físicamente, sino socialmente. Lo denunció a Sputnik el analista español Koldo Salazar.
Según Salazar, no se trata de una “dictadura clásica”, con “el censor o el comisario político”, sino que el ‘modus operandi’ es “todavía peor”.
“No se te ataca en el sentido de que se te censura tu artículo o se te mete en la cárcel. Lo que ocurre es que se te bloquean puertas, se te cierran oportunidades, y, sobre todo, luego existe un gran desprestigio, te conviertes en un ‘agente del Kremlin’, te llaman ‘prorruso’ y te acusan de trabajar para desinformar en intereses de Rusia”, manifestó.
Estas son las consecuencias de simplemente ‘permitirse’ hablar sobre Rusia desde unas posiciones que no sean “hostiles” hacia el gigante euroasiático, planteando las ventajas de llevarse bien con este país en lo económico o energético, entre otros temas de mutuo beneficio para ambas partes.
A Salazar le tocó sufrir la misma campaña de desprestigio por su postura en relación a la intervención militar occidental en Siria, donde su presidente legítimo, Bashar Asad, fue señalado como “un auténtico peligro”, al tiempo que los extremistas islámicos, con sus prácticas como degollamientos a los que consideraba ‘infieles’, se pintaban como ‘los buenos de la película’.
“En Europa no hay libertad de prensa”, subrayó Salazar, al señalar que “Europa está dominada políticamente por instituciones que responden a los intereses de Washington”, algo que “implica el control de información que es muy sutil”.
Fuente: Sputnik