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Sweida, 14 feb (SANA) Tras sufrir un accidente de tránsito que derivó en la muerte de su esposo y hermano, Majdoleen Malih, de 43 años de edad, luchó sin cansancio para superar las circunstancias difíciles de la vida.
Después de la pérdida de su esposo, ella decidió seguir trabajando en su taller de tapicería con el fin de lograr una fuente de ingresos para mantener a sus cuatro hijos.
“La pérdida de mi esposo y hermano no me hizo rendirme, y por esto comenzó a trabajar en el taller de tapicería, y ello constituyó un momento clave en mi vida para enfrentar lo desconocido”, dijo Malih a SANA.
La viuda pudo renovar las herramientas y maquinaria del taller el año pasado gracias al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Siria, que la apoyó y financió, y le dio la oportunidad de realizar dos cursos de emprendimiento y establecimiento de proyectos.
“El dolor es grande pero la vida continúa y no se detiene”, con estas palabras, esta mujer luchadora manifestó su determinación de conservar y desarrollar su taller para poder criar a sus cuatro hijos y apoyar su educación.
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