Washington, 21 ene (SANA) El periódico estadounidense New York Times (NYT) reveló que las fuerzas estadounidenses bombardearon la presa del Éufrates en 2017 con bombas pesadas amenazando la vida de decenas de miles de civiles y que sus desmentidos en aquel momento eran inciertos.
“El 26 de marzo de 2017, elementos de la Unidad de Operaciones Especiales de EE.UU llamada “Fuerza de Misiones-9” bombardearon la presa utilizando una de las bombas convencionales más grandes del arsenal estadounidense, incluida la bomba anti búnkeres “Blue109” diseñada para destruir gruesas estructuras de concreto”, citó NYT a dos ex altos funcionarios estadounidenses.
Los ex funcionarios indicaron que la presa fue bombardeada a pesar de un informe militar que advertía contra el bombardeo de la misma porque podría inundar el río y matar a decenas de miles de civiles.
Dos días después de la operación, el entonces comandante estadounidense, el teniente general Stephen Townsend, negó la responsabilidad de Estados Unidos, alegando que la presa “no era un objetivo para la Coalición”.
El periódico señaló que la presa del Éufrates gozaba de un “estatus protegido”, y se supone que la decisión de bombardearla generalmente fuera emitida por el nivel superior de la cadena de mando militar de EE.UU.
El coronel retirado de la Fuerza Aérea de EE.UU, Scott Murray, dijo que usar una bomba de 900 kilogramos contra objetivos prohibidos era muy difícil y no se debía bombardear desde el aire y, lo que es peor, que esta cantidad de explosivos podría haber causado que la presa colapsara por completo.
En respuesta a una pregunta, el Comando Central de Estados Unidos reconoció haber lanzado bombas de 900 kilos, pero negó haber atacado la presa, así un portavoz del mismo justificó el bombardeo alegando que las bombas golpearon torres conectadas a la presa.
Sin embargo, los ex funcionarios estadounidenses que estaban directamente involucrados en las operaciones aéreas en ese momento, así como testigos de Siria, informaron al periódico que el caso era más grave de lo que el ejército estadounidense afirmaba públicamente.
En el mismo contexto, un funcionario estadounidense señaló que la Fuerza de Misiones-9 podría haber usado otras maneras para apoderarse de la presa sin tener que bombardearla.
“La referida formación militar justificó sus fuertes ataques aéreos bajo “medidas de autodefensa” para rescatar a los soldados en caso de peligro inminente, mientras los trabajadores de la presa indicaron que no hubo combates ni heridos entre los soldados estadounidenses el día en que la presa fue bombardeada”, reveló el NYT.
Funcionarios estadounidenses revelaron, según el periódico, que no se había tomado ninguna medida contra la “Fuerza de Misiones-9” a pesar de la afirmación del liderazgo de que había actuado por su cuenta y eludido reglas estrictas.
Más tarde, y mientras se realizaban reparaciones en la presa, la referida unidad secreta envió un dron y bombardeó un minibús que transportaba trabajadores, causando tres bajas: un ingeniero técnico, un mecánico y un trabajador de la Media Luna Roja Siria.
Según documentos militares estadounidenses obtenidos por el New York Times, los ataques aéreos apresurados de EE.UU. contra sitios civiles como escuelas, mezquitas y mercados han causado un gran número de víctimas, incluidas muchas mujeres y niños.
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