Damasco, SANA
Los antiguos zocos árabes en Siria renacen en Damasco, Homs, Alepo y Hama, ciudades que por tradición convirtieron esos mercados en una muestra de los más variados productos artesanales.
Siria, centro geográfico que conecta Asia, Europa, el Medio Oriente y la región norte de Africa, revitaliza esas instalaciones dedicadas a la confección de alimentos, telas, artículos utilitarios y servicios originales de sauna y descanso.
Las cuatro urbes mencionadas tienen zocos que destacan particularidades de cada región y en los casos de Alepo y Damasco, forman parte de los cascos históricos, declarados Patrimonio de la Humanidad desde 1986 y 1979, respectivamente.
Por decantación de la memoria antigua, los zocos más significativos son los de Alepo, llamado Al Medina y el de la capital, Hamidiye, y en los cuales en una extensión de kilómetros cada transeúnte encuentra tradicionales brocados en seda, vestimentas típicas, alimentos como el helado damasquino. con antecedentes de elaboración que se remontan a la década de los años treinta del Siglo XX.
En Al Medina, los alepinos o cualquier otro visitante, disfrutan actualmente de una oferta muy variada en una extensión de mercados de casi 13 kilómetros y por lo cual es considerado el mayor mercado histórico techado de todo el mundo.
En ese sentido, esa instalación se remonta al Siglo XIV de nuestra era, con especializaciones que comprenden profesiones y oficios dedicados a la labor del cobre, la lana, los alimentos y producto como el jabón alepino, de origen vegetal y fama internacional.
Tanto en esa urbe como en Damasco, Homs, y Hama, la labor restauradora resultó paralela a la liberación de cada región del sabotaje y la destrucción de grupos terroristas que intentaron eliminar una tradición milenaria, símbolo de la identidad nacional.
En cada caso, además del aporte individual de pequeños propietarios, el Estado sirio invirtió e invierte recursos, apoya con créditos razonables y busca como hasta ahora, la colaboración de instituciones no gubernamentales o del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De igual forma, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), tiene presencia en la intensa labor que permite renacer la raíz árabe de los sirios y como el resultado de la asimilación, con características propias, de la huella de al menos siete civilizaciones que definieron la vitalidad cultural e histórica de esta nación del Levante.
Por Pedro Garcia Hernandez
Fuente: Prensa Latina