Damasco, SANA
Los pueblos de Oriente Medio, incluyendo Palestina, Siria, Líbano e Iraq, hacen frente a un nivel de agresión colectivo sin precedentes por parte del régimen de EEUU, que, en medio de un declive de su estrategia unipolar y de varias crisis domésticas (coronavirus, racismo y economía) no duda en aprovechar factores como la existencia de conflictos bélicos o pandemias para intentar humillar y someter a los países y pueblos de la región y fuera de ella.
El último de tales intentos busca paliar el fracaso de la agresión militar contra Siria, ahora que este país ha ganado la guerra contra el terrorismo. Aparte de ocupar ilegalmente áreas del noreste de Siria con tropas estadounidenses, en una agresión militar abierta, y de robar el petróleo sirio, EEUU ha puesto en práctica una norma conocida como Ley Cesar, que intenta impedir la reconstrucción de Siria y su comercio legítimo con otros países.
Sin embargo, las sanciones estadounidenses están teniendo un efecto boomerang en varios aspectos. Las sanciones, en el caso de Irán, han llevado al desarrollo de la industria y la producción nacional y a la confianza en los propios recursos. Siria lleva años soportando sanciones y un conflicto y también puede recorrer esta vía. Es necesario subrayar que este país cuenta con amigos y aliados, como los miembros del eje de resistencia, que, como dijo recientemente el secretario general del Hezbolá libanés en un discurso, apoyaron a Siria durante el conflicto bélico y continuarán haciéndolo en la guerra económica.
En todo caso, la llamada Ley Cesar no beneficiará a Trump, que estaría viviendo ahora sus últimos meses de mandato en el caso de que los votantes estadounidenses no le reelijan en noviembre. Él, en todo caso, no va a obtener ninguna ganancia con este nuevo plan, sino que este le llevará cosechar otro sonoro fracaso como el sufrido recientemente con el reforzamiento de los vínculos entre Irán y Venezuela.
La decisión del régimen israelí de anexionar un tercio de Cisjordania provocará un levantamiento palestino apoyado por todas las organizaciones palestinas: Fatah, Hamas, Yihad Islámico y otras. También llevará a tensiones sin precedentes entre la entidad sionista y Jordania, lo que podría llevar a la derogación del tratado de paz jordano-israelí de 1994. Todo ellos sitúa la región en una dinámica de enfrentamiento entre los pueblos árabes y el imperialismo estadounidense y el régimen israelí.
La situación en el Líbano no cambiará y las cosas no irán en el rumbo que los estadounidenses quieren. Ni EEUU ni el régimen israelí pueden cambiar el equilibrio de poder en el Líbano. Hezbolá es un componente libanés básico que goza del apoyo y la confianza del pueblo libanés, y si los “locos” de Washington insisten en enfrentarse al Líbano, Nasralá ha establecido medidas prácticas para una confrontación económica al invitar al gobierno libanés a volverse hacia China e Irán, una “vuelta hacia el Este”, que muchos dentro del ejecutivo libanés han comenzado a apoyar.
En Iraq, las tropas estadounidenses están sitiadas en sus bases y su embajada es objeto de ataques. El rechazo popular y parlamentario a su presencia es abrumador y ha obligado a EEUU a aceptar una “reducción” de tropas y no cabe duda de que el resultado final será su total salida del país.
Siria cuenta con un pleno respaldo de Irán y Rusia. Además de las recientes delegaciones económicas iraníes que recientemente han ido a Siria, Damasco ha recibido varios mensajes del liderazgo ruso, y el presidente sirio, Bashar al Assad, ha recibido una llamada del presidente ruso, Vladimir Putin, durante la cual él informó al presidente Assad que barcos de guerra rusos acompañarán a mercantes sirios a los puertos Latakia y Tartus y que estos barcos podrán así descargar tranquilamente su carga en ellos.
Irán ha manifestado su voluntad de entregar alimentos y combustible a Siria a través de Iraq y cualquier intento estadounidense de atacar un convoy desencadenará previsiblemente una respuesta en forma de operaciones de resistencia contra las tropas estadounidenses en Siria e Iraq.
Estos anuncios y garantías ruso-iraníes así como las medidas tomadas por el gobierno sirio para reforzar la producción nacional han llevado a una bajada de los precios de los alimentos en un 25% en los pasados días. Estas iniciativas han sido apoyadas por la población siria que se manifiesta diariamente en las diferentes ciudades contra los planes de EEUU de dañar al país y generar una hambruna entre la población.
Los próximos meses estarán llenos de importantes acontecimientos que reforzarán a los países árabes de Oriente Medio y acelerarán el hundimiento de la influencia de EEUU y el fracaso de sus planes para dañar a los gobiernos y los pueblos de la región.
Por Yusef Fernández
Fuente: Al-Manar