Damasco-campo, SANA
Los pobladores de la localidad de Al-Marah al norte de la capital Damasco han comenzado la cosecha de la Rosa de Damasco (Al-Wardah Al-Chamieh en árabe) que fue incluida el año pasado en la lista del patrimonio intangible de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación.
Hombres, mujeres y niños del referido pueblo se dirigen con gran alegría desde horas tempranas de la mañana a sus campos sembrados de rosas, en un ritual que lleva ya cientos de años.
El jefe de la Asociación de Desarrollo de la Rosa de Damasco, Madian Bitar, dijo que el trabajo se ha duplicado después de la inclusión de la rosa y todo lo relacionado a la misma en la lista del patrimonio mundial intangible.
Reveló que el área sembrada de rosa en el poblado supera las 350 hectáreas y la producción se estima este año en 60 toneladas de rosas.
A parte de su belleza natural y valor espiritual, la rosa de Damasco tiene usos médicos, cosméticos y económicos, y se ha convertido en la principal fuente de ingreso para los agricultores junto a la apicultura.
Cremas, perfumes, agua de rosa y más de 20 productos médicos y cosméticos se producen de la Rosa de Damasco.
La planta productora de los derivados de la rosa se encuentra en la Ciudad Industrial de Adra cerca de Damasco, y su producción cubre las necesidades del mercado local y se exporta también al extranjero.
F.M