Nueva York, SANA
El delegado permanente de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Jaafari, enfatizó la necesidad de levantar las ilegales medidas económicas coercitivas occidentales impuestas a Siria y otros países, especialmente después de la propagación de la pandemia del coronavirus en el mundo.
En una sesión del Consejo de Seguridad celebrada por teleconferencia y dedicada a debatir la situación en Siria, Jaafari reiteró que la continuación de las sanciones confirma la hipocresía adoptada por algunos países en su tratamiento a la situación humanitaria en Siria.
Condenó esas medidas unilaterales que algunos países utilizan como arma en su guerra contra Siria y otros países, y que impiden que los sirios y las autoridades médicas y de salud obtengan sus necesidades básicas para enfrentar la pandemia del coronavirus.
“Esas sanciones impiden además, la provisión de alimentos y servicios básicos a los sirios, y Siria espera que los países juntos puedan superar los efectos catastróficos de esta epidemia que ha unido a sus pueblos”, indicó.
“La persistencia en imponer esas medidas coercitivas injustas que violan el Derecho Internacional, la Carta de la ONU y el Derecho Humano, y la inacción ante nuestras reiteradas solicitudes para poner fin a ellas, la más reciente fue en una carta conjunta enviada por delegados de China, Cuba, RPDC, Nicaragua, Irán, Rusia, Siria y Venezuela, al Secretario General el 25 de marzo de 2020, demuestran una vez más la hipocresía de algunos al tratar la situación humanitaria en mi país y otros países”, aseveró.
Destacó que Siria recibió recientemente a varios funcionarios de alto rango de entes internacionales socios con el gobierno sirio en el trabajo humanitario, y agregó que las conversaciones con ellos fueron “positivas” e hicieron hincapié en la necesidad de buscar una cooperación conjunta que armoniza con los principios de una acción humanitaria no politizada, y la voluntad del gobierno sirio de facilitar el acceso a todas las partes del país.
El diplomático enfatizó la necesidad de obligar al régimen turco y sus organizaciones terroristas a cesar sus crímenes, y permitir a los civiles sirios detenidos en Idleb regresar a sus hogares en las áreas liberadas del terrorismo.
“Es inaceptable pasar por alto el apoyo del régimen turco al terrorismo, y el hecho de que este mismo trasladó en público, y sin vergüenza, a terroristas de Idleb a Libia y a otros países, después de haber transportado, hace varios años, muchos terroristas de Libia a Siria”, denunció.
Explicó que las fuerzas ocupantes turcas siguen cortando el agua de la estación de Aluk y sus pozos, por lo tanto, el suministro de agua potable a millones de civiles sirios, la mayoría de los cuales son niños y mujeres.
“Este es un crimen de guerra, especialmente en el momento en que todos intentamos evitar la propagación de la pandemia de Covid-19”, resaltó.
L.A/F.M