Damasco, SANA
Nuevas revelaciones públicas confirman las falsedades elaboradas desde Occidente y en la región relacionadas con presuntos ataque químicos que los grupos terroristas escenifican para culpar al Ejército sirio y alentar aún más la intervención extranjera.
Cadenas estadounidense como la CNN, argumentan sin prueba alguna o evidencias demostradas, más de 200 acciones con sustancias tóxicas en el territorio sirio, específicamente en las localidades de Guta Oriental en los alrededores de Damasco y en la de Khan Sheikhun, al sur de la provincia de Idleb, entre el 2013 y el 2018.
Las más recientes revelaciones en sitios web como Wikileaks o el nada imparcial o a favor de Siria como el diario británico Daily Mail, demuestran que los sucesivos informes sobre esos hechos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), son contradictorios, sufrieron cambios y apelaron a versiones manipuladas.
Ninguna muestra recogida en el lugar de los hechos mencionados evidencia el uso de gas sarín o cloro o la asociación de esos productos altamente tóxicos para crear síntomas de asfixia o causar la muerte y solamente fueron hallados cantidades del segundo elemento químico en ‘cantidades que se pueden encontrar en cualquier hogar.’
De acuerdo con los datos divulgados, tales alegaciones resultaron expuestas en un primer informe actualmente alterado y manipulado, según un alto experto de la OPAQ, cuyo nombre no es revelado pero recibe el apodo de Voldemart.
Otra alteración del informe original es que se eliminaron datos de al menos 20 especialistas de la OPAQ que cuestionaron el mal manejo de supuestas evidencias obtenidas y la argumentación original, precisaron las denuncias y que corroboran la posición de Siria y Rusia sobre la labor de esa institución de Naciones Unidas.
Un ejemplo en ese sentido es que los llamados Cascos Blancos, al servicio de las organizaciones terroristas, suministraron información de que las víctimas, en el caso de Guta Oriental, fueron al hospital regional de Duma, en esa zona, pero los encargados de salud del centro negaron con insistencia que hubieran tratado a personas con síntomas de intoxicación por sustancias químicas.
En más de una ocasión y en el transcurso de los casi nueve años de guerra impuesta a esta nación del Levante, el Gobierno sirio solicitó a la OPAQ recorrer los sitios presuntamente afectados por ataques químicos pero de manera consecuente nunca se concretaron esas inspecciones de forma imparcial y sin politizar.
Rusia, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, indicó a su tiempo que los informes mencionados son ‘una serie continua de noticias falsas sobre el uso de cloro y otros agentes químicos por parte de las fuerzas gubernamentales.’
Coincidentemente, otras agencias como Anna News o Al Masdar, señalaron que cada presunta acción de ese tipo ocurre cuando el Ejército sirio mantiene la ofensiva, reconquista posiciones y redujo a las organizaciones terroristas a zonas de la provincia de Idleb, último bastión que mantienen en Siria.
Por otro lado, la denominada agrupación ‘humanitaria’ de los Cascos Blancos es la principal fuerzas utilizada por la Junta para la Liberación del Levante, otrora Frente Al Nusra, para escenificar las provocaciones en ese sentido, algunos de cuyos integrantes bajo la condición de anonimato, expusieron las falsedades de tales acciones a la agencia Sputnik
Tanto los Cascos Blancos, fundados en el 2013 en Turquía por el extrañamente fallecido recientemente en Estambul James Le Mesurier, continúan preparativos para ejecutar hechos similares en áreas al sur de Idleb y con la colaboración de expertos extranjeros y un apoyo técnico de cámaras y personal que incluso contratan y pagan dinero a los actores de tales escenas.
WikiLeaks, en la más reciente información sobre el tema, señaló que la mayoría de los autores de los informes de la OPAQ ‘jamás estuvieron en Siria’ y añadió que hasta el director general de la OPAQ, Fernando Aruias, expresó el desacuerdo sobre los documentos emitidos al respecto.
En medio del barraje mediático y desinformador contra Siria, ningún medio de comunicación occidental, o de algunos países del Oriente Medio, alude a las recientes evidencias, mantienen silencio o simplemente dan por hecho una realidad nunca demostrada.
Por Pedro Garcia Hernandez
Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Siria
F.M