El litio boliviano y las riquezas de América Latina en el punto de mira de Washington

Damasco, SANA

El saqueo de las riquezas de los pueblos de todo el mundo siempre ha sido el eje de las políticas exteriores de Estados Unidos, y el robo del petróleo sirio por los ocupantes estadounidenses es una muestra de ello.

Las codicias de Washington no tienen fin y uno de sus medios preferidos para lograr estas ambiciones son los golpes de estado contra los gobiernos legítimos como lo sucedido recientemente en Bolivia, cuyo objetivo principal es apoderarse de los yacimientos del litio o el oro blanco.

El reciente golpe de Estado orquestado por EE.UU. en Bolivia y llevado a cabo bajo los eslóganes de los derechos humanos y la democracia que utiliza para engañar a la opinión pública estadounidense y mundial, evidencia la determinación de Washington de controlar plenamente los recursos naturales de Bolivia a cualquier costo.

El litio, utilizado para fabricar baterías de teléfonos móviles, computadoras y otras herramientas electrónicas, es la joya de los minerales que Estados Unidos está tratando de capturar, y Bolivia posee entre el 50 al 70 por ciento de las reservas del mundo, y el acceso a esa reserva no ha sido posible bajo la administración del presidente Evo Morales.

Morales confirmó que fue EE.UU el que orquestó el golpe de estado en su país como parte de un complot político y económico, desafiando el reconocimiento de Washington al nuevo gobierno, como lo hizo recientemente en Venezuela cuando apuntó contra la legitimidad del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

El complot estadounidense contra Morales se hizo evidente después de que el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunciara en octubre pasado que había ganado un nuevo mandato presidencial con el 47,08 por ciento de los votos, la oposición se negó a reconocerlo y el gobierno golpista emitió una orden de arresto ilegal en su contra, lo cual lo llevó a declarar su renuncia.

Los intentos de Morales desde su victoria en las elecciones en diciembre del 2005 de poner las riquezas de Bolivia en beneficio de su pueblo lejos de los consorcios extranjeros, particularmente de EE.UU., y su enmienda a la constitución, así como su declaración de que todos los recursos naturales de Bolivia son propiedad nacional, nunca fueron medidas aceptadas por Washington.

Los planes de Washington no terminan en Bolivia sino que se extienden a todas partes de América Latina, y sus intervenciones en los países de este continente siguen desde hace más de 150 años, ya sea a través de golpes de estado contra gobiernos legítimos o medidas económicas coercitivas.

Cuba es uno de los países que enfrenta desde hace más de medio siglo a las sucesivas administraciones estadounidenses que imponen un injusto bloqueo económico contra la Isla.

Venezuela, por otro lado, enfrenta intentos de interferir en sus asuntos internos y para desestabilizarlo mediante el endurecimiento de las sanciones económicas y financieras, y el apoyo a las fuerzas de derecha.

Otros estados latinoamericanos no han estado lejos de las ambiciones de Washington, incluidos México y Nicaragua.

Por Bassima Knaon, periodista de SANA

A.H/F.M

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