Ibn Wardan, antiguo palacio sirio construido de arcilla amasada con agua de rosas

Hama, 9 jul (SANA) “Miré hacia el vasto desierto que se extiende unas 1.500 millas hasta los huertos que rodean Damasco… Una brisa sopló a mi alrededor y vi ese palacio abandonado, que Lawrence había visitado y los árabes afirmaban que su arcilla fue amasada con agua de rosas”.

Así describió el viajero británico Wilfred Thesiger en su libro “Arenas de Arabia” esta joya arqueológica considerada uno de un sinfín de tesoros que alberga el desierto sirio.

Entre las arenas doradas, a unos 60 kilómetros al noreste de la ciudad siria de Hama, se encuentra el palacio “Ibn Wardan”, una majestuosa obra arquitectónica construida durante la época bizantina en el siglo VI d.C., es decir, durante el reinado del emperador Justiniano, quien se casó con una mujer siria llamada Theodora, hija de un entrenador de osos de la ciudad de Manbej en el norte de Alepo.

El monumento consta de tres edificios: el palacio, la iglesia y el cuartel de los soldados, construidos con piedras negras y tejas cuadradas.

Según afirman los arquitectos, la iglesia tiene un estilo similar a la de San Vitale en Italia, que también fue construida por Justiniano en la misma época.

El Palacio fue diseñada por el arquitecto griego Isidoro Mileto y se convirtió en la primera edificación siria construida al estilo de las estructuras reales de Constantinopla, la capital del imperio en aquella época.

En cuanto a su nombre “Ibn Wardan”, los arqueólogos creen que fue dado por los beduinos que habitaban el desierto y solían nombrar áreas y edificios en reconocimiento a la primera persona que se apoderaba de esos lugares.

La primera descripción del palacio fue contenida en la Revista Arqueológica, escrita en alemán e impresa en Austria en 1884, por el orientalista alemán Johann Mordtmann. Luego, una descripción más extensa y completa que abarcó inscripciones y fotografías, apareció en las publicaciones de la misión estadounidense en la Universidad de Princeton en 1920.

Belleza y fragancia

La originalidad de la arquitectura no es el único elemento que convirtió este monumento en un hito de gran valor sino también su soledad en el desierto llama la atención de muchos visitantes y turistas.

El secreto de la aroma de rosas

Según la leyenda, una vidente le dijo a un rey cuyo único hijo a quien amaba mucho, iba a morir en su vigésimo cumpleaños por la picadura de un escorpio, por lo que el rey, después de consultar sus sabios y ministros, ordenó construir el palacio y que sus materiales de construcción se mezclaran con agua de rosas y almizcle, pues se creía en aquel entonces que el aroma de estas dos plantas aleja los escorpios.

Hasta nuestros días, cada vez que cae lluvia sobre los muros del palacio desprende el aroma de rosas y almizcle entre los pliegues de sus piedras.

El olor de la pólvora mata las rosas

Como parte de la campaña de la destrucción y saqueo del patrimonio sirio a manos de la agrupación terrorista Estado Islámico (Daesh en árabe), el palacio sufrió una impactante destrucción, cuando sus integrantes lo atacaron a principios de la guerra impuesta contra Siria.

Por Watfeh Salloum

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