Damasco, 15 sep (SANA) El mundo está colmado de políticas que para algunos son lógicas, pero en la práctica solo conducen al fracaso. En la historia de la humanidad muchos son los ejemplos que ilustran prácticas desacertadas.
Ahora solo veremos la política de sanciones, muy de moda en la agenda de Estados Unidos y sus aliados.
Las políticas destinadas a fortalecer el imperio -que una vez lo hicieron- ahora lo socavan.
Los cambios sociales contemporáneos dentro y fuera del mismo pueden reforzar, ralentizar o invertir el declive, valora el profesor emérito de economía en la Universidad de Massachusetts, Amherst, y profesor visitante en el Programa de Posgrado en Asuntos Internacionales de la New School University, en Nueva York, Richard D. Wolff, citado por el sitio nakedcapitalism.com.
Sin embargo, agregó, cuando la decadencia lleva a los dirigentes a negar su existencia, puede llegar a autoacelerarse. En los primeros años de los imperios, los líderes y los dirigidos pueden reprimir a aquellos de entre ellos que hagan hincapié en la decadencia o simplemente la mencionen.
Estados Unidos no pudo imponerse militarmente en toda Corea en su guerra de 1950-1953. Perdió luego en Vietnam, Afganistán e Irak.
La alianza con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue insuficiente para cambiar ninguno de esos resultados.
El apoyo militar y financiero de Estados Unidos a Ucrania y las sanciones masivas de Washington y la OTAN contra Rusia fracasaron, y es probable continúen así. Las aplicadas contra Cuba, Irán y China tampoco has surtido efecto.
Mientras tanto, la alianza de los países del Grupo de BRICS, contrarresta con creciente eficacia las políticas de la Casa Blanca para proteger su imperio, incluida su guerra de sanciones, explicó
En este escenario convulso destacan declaraciones del expresidente estadounidense, y hoy candidato presidencial, Donald Trump, un republicano que, aupado por sectores conservadores cubanoamericanos del estado de la Florida, marcó récord al imponer 243 medidas contra Cuba, las cuales se mantienen vigentes, todas ellas adicionales al asfixiante bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra la Isla desde hace más de 60 años.
La economía cubana se vio severamente dañada, y se contrajo un 11 por ciento, la peor caída en casi 30 años.
Ahora, es ilustrativo lo que manifiesta el magnate inmobiliario estadounidense, y que sin ser algo forzado tienen un ejemplo en Cuba, un país que se vio obligado a buscar alternativas para enfrentar la arrogancia y la prepotencia de su vecino.
Washington fracasó en quebrar la resistencia de los cubanos y desaprovechó un mercado millonario a escasas 90 millas de sus costas.
Volviendo a Trump, inmerso en una feroz campaña por retornar la Casa Blanca, y símbolo durante años del poderío imperial, en una de sus más recientes declaraciones dijo que “las sanciones matan al dólar”.
“Creo que perderíamos una guerra si perdiésemos el dólar como divisa mundial”, afirmó el republicano, citado por un informe de la Associated Press (AP).
El exmandatario afirmó que las medidas punitivas que Washington impone contra sus adversarios no son inocuas para el bienestar del propio país, porque perjudican a su moneda nacional.
“Yo era un usuario de sanciones, pero las ponía y las quitaba lo más rápido posible porque, en última instancia, matan el dólar”, sostuvo el político durante un discurso pronunciado en Nueva York.
Esa es la opinión de amigos y adversarios que estiman que Occidente, donde los estadounidenses de mueven, impulsa la desdolarización con sus acciones estúpidas y poco profesionales, describió el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Según Trump perder el dólar como divisa mundial convertiría a Estados Unidos en “un país del tercer mundo y no podemos permitir que eso suceda”.
El republicano hizo hincapié en que él usó “sanciones muy poderosas contra países que las merecen” y luego las eliminó. “Porque se está perdiendo a Irán, a Rusia. China trata de que su moneda sea la divisa dominante”, señaló en su intervención, además de aseverar que quiere utilizar sanciones lo menos posible.
“Los obligamos a alejarse de nosotros”, dijo, algo que en un escenario distinto también pudiera aplicarse a Cuba.
A finales de julio Trump ya había revelado que no es partidario de las medidas coercitivas. “Lo que estamos haciendo es obligando a todo el mundo a alejarse de nosotros”. Y dejó en claro que no es partidario de los esfuerzos de EE. UU. para “castigar” a Moscú por su operación especial en Ucrania.
Este 5 de septiembre, según el informe de la AP, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que en Occidente ya se han dado cuenta de que cometieron un gran error con sus insensatas acciones, al empujar a los países a abandonar el dólar. “Las prioridades en el uso de determinadas monedas están cambiando”, señaló.
“Las autoridades financieras y políticas de Europa y Estados Unidos impulsan este proceso no sólo descuidadamente, sino poco profesionales y estúpidos. Creo que ya se han dado cuenta de que se han equivocado”, aseguró el mandatario.
Habría que preguntarse si la Casa Blanca y su gobierno están dispuestos a cesar con esta política y apuestan por un mundo posible en el que la competencia económica y la fraternidad entre los pueblos reine.
Eso lo agradecerían pueblos como lo que enfrentan hambrunas, miserias, enfermedades y disimiles calamidades gracias al imperio de las sanciones, descritas por Donald Trump como políticas fallidas.
Por Bonifacio Ramírez Bonifacio Ramírez
Fuente: Al-Mayadeen Español