Palmira, 27 ago (SANA) “Las palmas de Palmira nunca se inclinan”, esta fue la última frase dicha por el inmortal arqueólogo sirio Khaled Al-Asaad antes de su asesinato en público por los terroristas del Estado Islámico (Daesh) en agosto del 2015.
Al-Assad dedicó su vida entera a la exploración, excavación y restauración de los tesoros de esta ciudad apodada la “Perla del Desierto Sirio” y considerada uno de los sitios con mayor riqueza arqueológica de Medio Oriente, y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1980.
El asesinato de Al-Asaad provocó una ola de conmoción nacional y mundial, y aunque hasta nuestros días se desconoce el lugar de sus restos mortales, se rinde homenaje al erudito y héroe de Palmira que ha convertido en un ícono para todas las generaciones presentes y futuras.
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