Damasco, 5 ago (SANA) “Cada día hay un nuevo descubrimiento arqueológico en Siria”, esto lo decía el gran arqueólogo francés Jean-Claude Margeron, uno de los más importantes expertos en las antigüedades del antiguo Oriente, en particular Siria.
El arqueólogo, de origen español, se dedicó a trabajar en los yacimientos arqueológicos de Ugarit, Emar y Mari, que dan testimonios de una milenaria historia siria con tesoros que muestran una identidad cultural única.
El experto pasó muchos años de su vida, casi cinco décadas, trabajando en las antigüedades sirias realizando excavaciones, descubrimientos e investigaciones.
Su principal misión fue en la antigua ciudad de Mari, actualmente Tel Hariri, que se encuentra en la orilla occidental del Río Éufrates, a 11 kilómetros al noroeste de la ciudad de Albukamal y a unos 120 kilómetros al sureste de Deir Ezzor, cabecera de la provincia homónima.
Margeron pasó 25 años de su vida entre las ruinas de este yacimiento y fue quien demostró que en “Mari” fue una de las primeras ciudades industriales del mundo, y en ella, fue hallado el rastro material de la rueda más antigua del mundo, y data de 5.000 años.
Durante la misión arqueológica francesa dirigida por Margeron entre 1979 y 2004, se descubrieron numerosos dibujos e inscripciones de carretas en la Mesopotamia, pero no hubo pruebas materiales al respecto hasta que se dio el primer rastro material de una rueda en Mari que data de 3000 años antes de Cristo.
Según las tablillas cuneiformes encontradas allí, los habitantes de este reino se distinguían por fabricar ruedas, especialmente para vehículos militares o de transporte de mercancías.
La huella de una rueda atada a una carreta con dos asnos a su lado fue descubierta en uno de los terrenos de Mari.
Las carretas se utilizaban inicialmente con fines comerciales y para el transporte de mercancías, sobre todo porque Mari era el centro más importante de fundición de cobre y bronce, y un centro de tránsito comercial, e importaba materias primas y materiales manufacturados de los Montes Tauro, en el norte.
Tanto es así que el rey solía traer nieve de aquellas montañas mediante las carretas.
Además de la rueda y los dos asnos, se descubrió el esqueleto de quien conducía el carro, y junto a él un grupo de numerosas vasijas de cerámica, lo que demuestra la importancia de Mari en el campo del transporte de mercancías donde era un próspero centro comercial, y así lo confirmaba una tablilla cuneiforme descubierta en el palacio real de Mari entre las más de 16 mil tablillas.
El reino de Mari tenía el taller de fabricación de ruedas más antiguo descubierto hasta ahora en Siria y era un centro de trabajo del metal en bronce. La ciudad también contenía áreas designadas para la fundición de metales, el teñido y la fabricación de cerámica, utilizando carbón traído por barcos fluviales desde las regiones del Alto Khabur y el Éufrates.
Por Watfeh Salloum/FM