El 95% de la cosecha de trufa se destina a la exportación, particularmente a los países del Golfo Arábigo, y se espera que Siria tenga cientos de toneladas de trufas enlatadas listas para exportar a todos los países del mundo, ya que este producto tiene buena demanda en Europa, Canadá y Australia.
Damasco, 27 mar (SANA) La trufa o la “hija del trueno” como los sirios suelen llamarla, es una planta de hongo parecida a la papa, es rica en nutrientes porque contiene vitamina C, fósforo, calcio, magnesio y manganeso, además previene el crecimiento de células cancerosas, según develaron estudios recientes.
La vasta región desértica siria de Al-Badieh es el hogar idóneo de las trufas, donde comienzan a aparecer a finales de enero y su temporada termina en abril.
Las trufas recolectadas en las regiones de Palmira, Al-Qaryatayn y Al-Sukhna están consideradas entre las mejores del mundo, así como se recolectan en las zonas rurales semidesérticas de las provincias de Deir Ezzor, Raqa, Hama, Homs y Alepo.
Entre los siglos V y XVI, el aristócrata italiano Ludovico di Vartima o Bartima, quien fue el primer viajero europeo en visitar La Meca, Medina y el mundo árabe, habló de la importancia de las trufas para los beduinos y residentes locales durante su viaje por el desierto sirio.
Vartima contaba las caravanas, cada una de más de 30 camellos, transportaban las trufas desde el desierto hasta los mercados de Damasco, y se vendían en pocos días.
Según declaraciones del presidenta del Consejo de Administración de la Cámara de Agricultura de Damasco, Bashar Al Malik, el valor de las exportaciones de productos agrícolas alcanzó los 72,73 millones de dólares estadounidenses durante los primeros tres meses de 2023, en su mayoría son trufas.
Explicó que el 95% de la cosecha de trufa se destina a la exportación, particularmente a los países del Golfo Arábigo, y se espera que Siria tenga cientos de toneladas de trufas enlatadas listas para exportar a todos los países del mundo, ya que este producto tiene buena demanda en Europa, Canadá y Australia.
Destacó que Siria es considerada el primer exportador mundial de este material, especialmente en los últimos tres años, y el volumen de las exportaciones se estima en 3 o 4 contenedores por día, y a veces el número llega a 9, destinados a los países del Golfo.
Muchos habitantes arriesgan sus vidas cada año para recolectar trufas, un negocio lucrativo pero peligroso. Un kilo de trufas se puede vender por el equivalente a 36 euros en Siria o más.
Durante la temporada de cosecha, los civiles enfrentan la amenaza de las minas colocadas por la agrupación terrorista Estado Islámico “Daesh en árabe”.
La violencia alcanza su punto álgido cada año entre febrero y abril cuando los recolectores corren el riesgo de ser emboscados por los terroristas del referido grupo radical.
En esta época del año, estos incidentes son frecuentes, ya sea por la explosión de minas sembradas en abundancia en las zonas del desierto sirio, o por ataques directos a las personas que salen a recoger esta planta, y la mayoría de las veces son niños y mujeres.
El día 6 de este mes de marzo, más de 46 personas murieron en un ataque llevado a cabo por el Daesh contra recolectores de trufas en el desierto de Kabajib, en el campo sureño de la provincia de Deir Ezzor.
En la actualidad y debido a la difícil situación económica que sufre Siria, cada vez más aldeanos se arriesgan la vida a ir a buscarlas debido a sus altos precios, lo que podría reducirles la carga de vida.
watfeh salloum/fm