El autor establece una similitud en Puerto Rico y Palestina para dar al lector la imagen exacta de lo ocurrido en Palestina y su batalla con “Israel” por ecuperrar sus tierras, su país.
Damasco, 20 oct (SANA) Imagine que un grupo nacional de exilados de algún país adverso a nuestra metrópolis colonial, Estados Unidos, reclama el derecho a seguir viviendo como una comunidad organizada en un territorio común.
Imagine que EE.UU. como autoridad migratoria exclusiva, les autoriza a relocalizarse en Puerto Rico y establece todo de tipo de incentivos a su favor por su particular situación de desplazados. Imagine que, en consecuencia, comienzan masivamente a asentarse en nuestro país. Ahora imagine que esa población tiene otro idioma, cultura y tradiciones religiosas.
Imaginen que un grupo de ellos comienza a reclamar un derecho divino a constituir su propio Estado. Imagine entonces que nuestros nuevos vecinos comienzan sistemáticamente a desplazarnos.
Imagine que EE.UU. procede a retirarse de Puerto Rico, y entonces tales inmigrantes deciden constituir un Estado propio, donde a los boricuas no se nos reconocen derechos igualitarios. Imagine que entonces nos fuerzan a abandonar nuestras propiedades y nos arrinconan en un área cada vez más limitada de nuestro país, hasta el punto de que los 2,5 millones de boricuas que quedamos en la Isla, terminamos viviendo en un área del tamaño aproximado del municipio de Ponce.
Imagine que entonces construyen una muralla alrededor de Ponce y solo podemos salir de allí con el permiso de ellos. Imagine que en la práctica se establece un sistema de apartheid en el cual los boricuas subsistimos como en una prisión al aire libre. Imagine que por décadas se nos hostiga, persigue y humilla constantemente. Imagine que se nos tilda de “animales”.
Imagine que todo boricua que se opone a esa situación de opresión extrema se le acusa de “xenofóbico” o de terrorista. Imagine que en el gobierno de los vecinos se instala permanentemente una facción que se plantea nuestro exterminio y su derecho a quedarse con la isla entera. Imagine que entonces se nos limitan los servicios de energía, agua y otros a solo unas horas al día y se restringe la entrada de medicamentos.
Imagine que bloquean además el puerto de Ponce para que no podamos acceder productos desde el exterior. Imagine que distintos grupos de boricuas, por distintos medios (incluyendo alguna violencia armada), oponen resistencia a esa situación opresiva. Imagine que entonces ese Estado invasor, arguyendo su “derecho a defenderse” decide bombardear Ponce indiscriminadamente para resolver de una vez la posibilidad de que reclamemos la isla de vuelta.
Imagine que en vez de Puerto Rico, ese lugar se llama Palestina. Ahora imagine que no hay nada que imaginar, porque, tal y como señalara el poeta irlandés, la realidad supera la ficción.
Fuente: Puerto Rico te quiero & Al Mayadeen en Español